La escuela del revés y sus becados

En el estado de Veracruz, cerca de 33 mil jóvenes universitarios “reciben mensualmente” (al menos en teoría a sí debería ser) una “beca de manutención”, las que antes eran llamadas becas Pronabes.
El apoyo que reciben los estudiantes es de 750 pesos por mes, durante el primer año de su carrera, de 830 pesos en el segundo año, 920 pesos en el tercer año y de mil pesos en el cuarto año; esto es, dependiendo el grado que cursen, perciben entre 25 y 30 pesos diarios, mismos que estiran para cubrir gastos de transporte, trabajos escolares y, aunque usted no lo crea, hasta para apoyar en el gasto familiar.
Muchos sacrificios tienen que hacer los jóvenes para obtener esa beca, en principio porque muchos son de escasos recursos, tienen que esforzarse para mantener un promedio alto, lo cual no es fácil si le agregamos que hay quienes combinan estudio y trabajo, algunos hasta de noche como empleados de las llamadas tiendas de conveniencia. Por donde se le vea, están muy castigados.
Pero en la escuela del “mundo al revés” a la que se refiere el escritor Eduardo Galeano en su libro del mismo nombre, en donde el plomo aprende a flotar y el corcho a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos. Se desdeña la lealtad y el trabajo eficiente, pero se premia la holgazanería y la traición, desprecia la honestidad, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo.
En ese precisamente, nuestro mundo al revés, tenemos a muchos servidores públicos que literalmente no hacen nada, pero parecen estar becados generosamente, con la pequeña gran diferencia de que ellos sí reciben puntualmente sus becas, perdón, sus salarios, en algunos casos medianamente devengados.
Un ejemplo son los altos funcionarios de la mal llamada Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas. Digo que mal llamada porque ni atiende ni protege a los periodistas, de ser así no sumarían 17 que han sido asesinados hasta la fecha y al menos hay una veintena de auto exiliados por las amenazas que han recibido, mismas que van al grado de atentar también contra sus familias.
Los sueldos de quienes ahí trabajan son muy buenos y quizá ya hasta mejoraron. Namiko Matzumoto Benítez, hoy presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuando encabezó la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) ganaba 80 mil 567 pesos mensuales (dos mil 685 pesos diarios) y la segunda al mando, María del Rocío Ojeda Callado, 51 mil 887 pesos mensuales (mil 722 pesos diarios).
¿Por hacer qué?, ¿Por asistir hipócritamente a poner cara de tristeza en los funerales de periodistas asesinados?, ¿por organizar cursitos de periodismo y fotoperiodismo? ¿cuál es su agenda de trabajo?, ¿ a quién le rinden cuentas?, ¿quién los supervisa periódicamente?, ¿quién vigila tan solo que se presenten a cumplir sus horarios de oficina?
Con base en el Presupuesto de Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2016, aprobado en diciembre pasado por los diputados de la LXIII Legislatura local, la CEAPP ejerce este año un presupuesto de 20 millones 100 mil pesos.
Yo soy periodista y no recibo un informe, vamos, ni un resumen de media cuartilla de sus actividades. En su página web oficial, no existe el informe de labores de 2015, solo aparecen 2013 y 2014 de la anterior administración. De 2014 informan de 285 medidas de ¿protección?, 71 atenciones, 90 gestiones, 159 asesorías jurídicas y acompañamientos legales, 70 talleres y cursos de capacitación, un total de 675 acciones
“El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento. En los suburbios del mundo, los jefes de Estado venden los saldos y retazos de sus países a precio de liquidación, por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos”, dice el escritor Galeano.
Y cuánta razón tiene, pues al menos en esta institución engañar y engañarse creyendo que hacen mucho, pero en realidad no hacen nada o quizá muy poco, es más que un arte, resulta hasta insultante tanta desfachatez, tanto cinismo, tanta falta de honestidad y de inequidad, pues mientras un estudiante da su máximo esfuerzo para obtener buenas calificaciones y recibir su beca de 750 pesos al mes, en contra parte, hay servidores como de los que hablamos con salarios o becas de 50, 80 y hasta 100 mil pesos al mes, vaya, becas que no las otorga ni el CONACYT.