Niños morelenses nacen con alta concentración de plomo en la sangre, revela estudio

Una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reportó que en Morelos hay niños que nacen con elevadas concentraciones de plomo en sangre y que este problema carece de monitoreo, a pesar del severo daño que puede causar en cerebro, riñones y sistema óseo.
Martha María Téllez Rojo, investigadora en ciencias médicas del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, explicó que el trabajo consistió en tomar sangre del cordón umbilical de 303 nacidos entre abril y septiembre de 2015, en hospitales de la Secretaría de Salud del estado y del Instituto Mexicano del Seguro Social, de madres que habitan zonas rurales y urbanas.

Normas obsoletas
Si bien México cuenta con normas oficiales relativas a la prohibición de producir loza vidriada con plomo a bajas temperaturas y que definen los valores máximos permitidos de ese metal “seguros” en la sangre, el problema es que “estos valores son obsoletos y están muy por encima de las recomendaciones internacionales”, señaló Téllez Rojo.
La NOM-199-SSA1-2002 establece que el nivel máximo permisible en mujeres embarazadas y en niños es de 10 microgramos por decilitro (en la población en general de 25 microgramos por decilitros) y en Estados Unidos se ubica en 5 microgramos por decilitro con la propuesta de bajarlo a 2.
La especialista comparó el caso de Estados Unidos, que lanzó una alerta nacional en enero por la intoxicación por plomo en niños que bebieron agua potable en Flint, Michigan.
“En Flint pasaron de tener 4 por ciento de con intoxicación por plomo en zonas de más alta exposición, a 11 por ciento, causando alerta nacional. En Morelos encontramos 16 por ciento en el estado y 27 por ciento en zonas rurales, es decir, uno de cada cuatro niños de zonas indígenas y marginales, y no pasa nada”, señaló.
El trabajo de investigación de la especialista demostró que la principal fuente de exposición al plomo en Morelos es la loza de barro vidriada, la cual se produce y está muy arraigada en la población.
La Organización Mundial de la Salud, detalló Téllez Rojo, reportó que el plomo es uno de los 10 compuestos químicos de mayor preocupación en salud pública y es el responsable de 600 mil nuevos casos de discapacidad intelectual en el planeta.
Cuando el plomo se desprende de la loza, agregó en entrevista Marcela Tamayo y Ortiz, especialista del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, éste llega al organismo por el tracto digestivo y la vía respiratoria, se distribuye por la sangre hasta llegar a todos los órganos.
“Existe una amplia evidencia científica que documenta que la exposición prolongada reduce la inteligencia que hubiera alcanzado un niño, además, trae consigo problemas de atención, conducta, crecimiento y anemia”, detalló Tamayo y Ortiz.
En el largo plazo, genera problemas reproductivos como aborto espontáneo, menor peso al nacer e, incluso, hipertensión y daño renal. En mujeres embarazadas, el tóxico traspasa la placenta y llega al bebé en las etapas críticas de su desarrollo, afectando principalmente el sistema nervioso central y periférico.

Niños en rehabilitación
Cuando detectaron durante la investigación a los recién nacidos con niveles por arriba de 10 microgramos por decilitro se les hizo un seguimiento cercano, abundó Téllez Rojo.
“Fuimos a sus hogares para identificar las fuentes de exposición, en estos casos, la principal fue la loza vidriada. Se les canalizó con neonatólogos y neurólogos para otorgarles terapias de rehabilitación, de estimulación motriz y neurológica, a efecto de resarcir el daño”, recordó.
“Van muy bien, porque se les dio atención oportuna, pero ¿cuántos niños nacen en el país que no son diagnosticados y atendidos?, ¿a quién le toca monitorear?”, cuestionó.
“Sin embargo, seguimos con la loza de barro vidriada con plomo y este problema debe resolverse de manera multisectorial, en el que estén involucradas las secretarías de Salud, Desarrollo Social, Medio Ambiente y Trabajo, así como el Fonart y la Comisión de Derechos Indígenas”, opinó Téllez Rojo.
“Incluso, debería alcanzar a la Secretaría de Educación Pública sensibilizando a la población. Hay alternativas de bajo costo para reemplazar este tipo de loza. En Tlayacapan, junto con (la ONG) Pure Earth, estamos impulsando el proyecto de introducir el barro vidriado sin plomo entre los artesanos, pero vamos muy lento”, comentó la investigadora.
En este proyecto “estamos solitos y lo que requerimos es una gran alianza con todos los sectores que ayuden a concientizar y a monitorear; a seguir el ejemplo de Estados Unidos que, con pocos casos, autorizó millones de dólares para contener el problema”, concluyó.
Los datos preliminares del estudio se entregarán a la Secretaría de Salud para que se tomen decisiones de política pública, como incluir el monitoreo de plomo en todo el país.

Fuente: Milenio Diario