Para Ripley: en menos de 90 días, Ayuntamiento de Mina tiene su ¡cuarto Secretario!

Rafael Carvajal, personero de Manuel Huerta y de Amado Cruz Malpica, y quien había estado decidiendo tras bambalinas en la administración pública de Minatitlán, fue impuesto este miércoles como el ¡cuarto Secretario del Ayuntamiento! en una gestión municipal que no ha cumplido ni los cuatro meses de haber iniciado.
Tal y como se preveía, Carvajal fue rotundamente rechazado por los regidores minatlitecos, pero como la ley faculta en casos como éste que el alcalde imponga su soberana voluntad, pues el veleidoso presidente municipal, Sebastián Reyes Álvarez, impuso a quien fue representante de MORENA ante el INE.
El hecho de que Carvajal sea el cuarto secretario del Ayuntamiento, ¡en menos de 90 días!, revela una total ingobernabilidad en ese municipio, pues es bien sabido que esta exagerada rotación de funcionarios en esa importante área, se debe fundamentalmente a los problemas casi psiquiátricos del munícipe emanado del partido de Andrés Manuel López Obrador.
Cuentan que hay un grupito -además de las ideas maquiavélicas e intromisorias de Huerta y Amado– que le ha sorbido los sesos al edil morenista, al grado de convertirlo en su títere, casi en un zombie mal-viviente. Esos asesores aprendices de Rasputín le dicen a Sebastián qué hacer o no hacer. Le susurran al oído cuanta sandez se les ocurra y don “Sebas”, ingenuo, torpe, todo se lo cree.
El problema es que ya desde la Ciudad de México, en la cúpula morenista, ya detectaron que Minatitlán se ha convertido en un foco rojo, por lo que se podría ver diezmado el cúmulo de votos que pretenden obtener en las futuras elecciones, y todo por las chifladuras de la primera autoridad edilicia. En ese tenor, cuentan que desde la capirucha ya le dieron tremendo jalón de orejas a Reyes Álvarez.
A ver qué pasa. Ya se verá si este alocado chivo en cristalería sigue ocasionando destrozos, o bien lo siguen tolerando para que a fines de este año al menos haya 13 o 14 secretarios del Ayuntamiento más, sólo porque a este viejito chocho y a sus malévolos asesores les irrita que no haya quien se someta al cien por ciento a sus banales caprichos. De pena ajena. Estos son los casos en que los electores lamentablemente se equivocan. Los habitantes de ese municipio que sufragaron por este fallido alcalde deben estar dándose de topes contra la pared. Pero la culpa no la tiene el indio…