El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, señaló que ante los sismos que se registraron y afectaron a varios estados del país, a los mexicanos “les salió lo bueno y lo solidario”.
Por ello, reconoció el apoyo de todos los ciudadanos hacia los afectados por estos sismos, así como el respaldo internacional de países como Honduras que de manera inmediata se solidarizaron con México.
“Nos hemos estado organizando a traves de Cáritas y de otras instituciones civiles y ecleasiales que van dando una respuesta, los mexicanos nos crecemos mucho cuando hay algún sufrimiento, porque es cuando nos sale lo bueno, la solidaridad, la generosidad, el apoyo y el querer ayudar”.
Por otra parte, y refiriéndose a El Evangelio de este domingo, indicó que los caminos de Dios y sus pensamientos “no son ni nuestros caminos ni nuestros pensamientos”.
En este sentido, explicó que el camino de Dios incluye los mandamientos, mismos que ni siquiera se cumplen, “vienen los relativos al prójimo, no matarás y ni eso cumplimos hoy vivimos en una cultura de muerte porque no se respeta la vida ni en el vientre, ni a los niños, ni adolecentes, donde quiera se acaba con las personas”.
Asimismo, refirió la inseguridad que se vive, pues dijo que según estadísticas, Veracruz siempre va a la alza, “siempre vamos punteando, no se respeta este mandamiento principal, no nos queremos unos y otros”.
Añadió que el sexto mandamiento señala a la sexualidad como un don maravilloso que es para expresar la intimidad, el amor en un matrimonio, no obstante ahora se ha desvalorizado y se comete adulterio y fornicación.
Precisó que también está el mandamiento que indica que no se robará, pero se vive en un ambiente de corrupción, además que se manifiesta la mentira con sencillez.
“Los caminos de Dios no son esos, ahora a Jesucristo no le hacemos caso, no seguimos los caminos de Dios, seguimos nuestros propios caminos, buscar el dinero, el placer, el poder no cuidamos la naturaleza”.
Ante esto, exhortó a los fieles a recapacitar, a arrepentirse, a seguir los caminos de Dios, a seguir los mandamientos y no solo en los momentos de sufrimiento y desgracias.
