Abren oportunidad laboral a menor con síndrome de Down en Coatza

En lo que ha sido considerado como un logro importante para la inclusión laboral, un restaurant de Coatzacoalcos contrató como mesero y ayudante general a Irving Hernández Reyes de 36 años de edad, luego de gestiones realizadas por la asociación civil Down 21 Coatza.

“Todo surgió porque mi hijo tiene síndrome down, también el hijo de la presidenta, y nuestro principal objetivo es que nuestros hijos tengan una inclusión laboral y social, escolar, conocimos a Irving en el ayuntamiento y creo que ellos también tiene derecho a ganarse su dinero”, dijo Jesica Tapia Sánchez, tesorera de la organización.

Irving es de Villa Allende vive con sus padres, de lunes a viernes vende volovanes y pay en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, pero los sábados y domingos desde las 8 de la mañana se presenta a Juárez 704 donde se ubica el restaurant buffet a trabajar.

“Es un muchacho súper entendido, cualquier cosa que le decimos que lo haga, él lo hace, es un muchacho que se adapto muy rápido”, declaró.

Irving, lo sabe, es único su caso, al menos el único documentado por la prensa, una persona con síndrome down es recibida por la sociedad sin verlo de forma diferente.

El mesero del buffete cazuelas, trae una piernera y su playera del negocio, cerca de la cocina tiene su trapo y aspersor para limpiar cada una de las mesas de los comensales.

Irving es bendito entre las mujeres, pues salvó el esposo de la responsable del restaurant no hay otro hombre que demuestre su valía en el restaurant.

“Gracias a ellos, gracias a Dios, este es mi trabajo gracias por ello y desde un principio algunos están cerca de mi y me quieren mucho a mí”, mencionó.

Él sabe lo que padece, no tiene miedo y regularmente tiene una sonrisa para todo aquel que le pregunta cómo se siente.

Irving, parece comportarse como un niño, pero ya sabe dónde ir a dejar los platos, en qué momento recoger lo que ya acabo el comensal, cuando ofrecerles más agua, dejarle la carta, irse a lavar las manos, todo lo hace solo, recibe la instrucción y realiza su trabajo sin mayor complicación.

“Una señora y me apoyan con la asociación y con sus amigos, trabajo aquí y vendo budines, pan de elote y volovanes”, añadió Irving.

La organización surgió hace casi un año con dos madres que ante la condición de síndrome down de sus hijos, tomaron una de las decisiones más difíciles de sus vidas, ayudar a otros niños, jóvenes, y adultos para incluirlos laboralmente.

“Tenemos niños normales y todavía ellos son más normales y se involucran, es importante que se involucren y barrera hacia ellos”, comentó Tapia Sánchez.

Irving hasta ahorita no ha mencionado alguna meta, por lo que deja abierto su futuro respecto al camino que debe tomar.