AMLO dice a Trump: “en vez de agravios hacia mi persona, he recibido de usted comprensión y respeto”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, ofrecieron este miércoles un mensaje a medios tras haber sostenido reunión de trabajo entre comitivas con motivo de la visita oficial de trabajo del mandatario mexicano.
Fue el presidente Trump el primero en tomar la palabra, quien afirmó que fue “un encuentro muy positivo”.
Sostuvo que hay un relación “excelente”, y se sintió honrado por que López Obrador haya elegido a Estados Unidos como su primer lugar para salir al exterior.
“Jamás había sido tan estrecha la relación”, dijo Trump. “Nuestra relación se basa en la confianza y en el respeto mutuo”.
“A mí me dio muchísimo gusto su victoria hace dos años y sé de su lucha contra la corrupción”, manifestó.
Trump aseguró que había temas que desde hace “muchísimo tiempo” y que “antes que yo llegara aquí”, pero que hoy, con la visita de López Obrador,
“Hay un futuro prometedor, mucho más prometedor
de lo que nadie imaginaba”: Trump

“Hay un futuro prometedor, mucho más prometedor de lo que nadie imaginaba”, señaló.
Subrayó la ratificación y entrada en vigor del T-MEC, donde afirmó que “hoy celebramos la victoria de los tres países”.
Destacó que el anterior tratado, el TLCAN, le costó muchísimos empleos a Estados Unidos, pero que hoy el nuevo tratado, que califico como “moderno y el más prometedor del mundo”, traerá “muchísima prosperidad y empleos a los tres países.”
Aseguró que habrá una próximo encuentro con Canadá, y agradeció al primer ministro Justin Trudeau, por su colaboración. Agregó, además, que hablará próximamente con Trudeau.
Donald Trump destacó la colaboración bilateral por en la venta de ventiladores para atender a pacientes críticos de coronavirus COVID-19.
Aseguró que Estados Unidos ha logrado entregar 6 mil ventiladores a México, como parte de los esfuerzos por cooperación.
“Señor presidente, estamos juntos en esta lucha”, aseguró Donald Trump.
“El haber conseguido este acuerdo representa un gran logro en beneficio de las tres naciones y de nuestros pueblos”, expresó.
Se busca “revertir el desequilibrio
En la conferencia en el Rose Garden, destacó que México presenta fuga de divisas, menores oportunidades para las empresas y pérdida de fuentes de empleo, pero ahora, con el nuevo tratado, se busca “revertir el desequilibrio con una mayor integración de las economías y mejoras en el funcionamiento d las cadenas productivas”, con el objetivo de “rescatar la presencia de América del Norte”.
“El Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones”, señaló López Obrador.
“En otras palabras, los volúmenes de importaciones de otros países pueden producirse en América del Norte, con menores costos de transporte, con proveedores confiables para las empresas y. para la utilización de fuerza de trabajo de la región”, señaló el mandatario.
Señaló que el tratado no significará cerrar la puerta al resto del mundo, sino que también permitirá traer inversiones de otros países, siempre y cuando se cumplan principios como procurar condiciones salariales y laborales justas para el país importador o exportador de bienes de consumo.
Destacó el mandatario mexicano que el acuerdo significa la integración. “Los tres países aportamos capacidad productiva, mercados, tecnología, experiencia, mano de obra calificada y terminamos complementándonos”.
López Obrador afirmó que ambos países han consolidado sus relaciones, a veces como “amigos distantes y otras “como amigos entrañables”.
Ha impulsado de manera natural, un proceso de migración, y se ha consolidado cerca
“Estamos unidos, más por la proximidad geográfica, por vínculos económicos, sociales, culturales y migratorias”, agregó.
“En vez de agravios hacia mi persona, y lo que estimo más importante hacia nuestro país, he recibido de usted comprensión y respeto.
Algunos pensaban que nuestras diferencias ideológicas habrían de llevarnos a un enfrentamiento. Afortunadamente, ese mal augurio no se cumplió y no habrá necesidad de romper nuestras buenas relaciones políticas y de nuestros gobiernos”, expresó el mandatario.
Destacó que Benito Juárez García, entonces presidente, logró tener con el republicano Abraham Lincoln. Recordó además, la relación entre Lázaro Cárdenas y Franklin D. Roosevelt.

A CONTINUACIÓN, EL DISCURSO COMPLETO DEL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:
Amigas y amigos,
Celebro este encuentro con usted, presidente Donald Trump. Mi visita obedece, en buena medida, a la importancia que tiene, sobre todo, en estos tiempos de crisis económica mundial, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.
El haber conseguido este acuerdo representa un gran logro en beneficio de las tres naciones y de nuestros pueblos.
Como es sabido, América del Norte es de las regiones económicas más importantes del planeta. No obstante, nuestra región es inexplicablemente deficitaria en términos comerciales; exportamos al resto del mundo tres mil 579 billones de dólares, pero importamos cuatro mil 190 billones de dólares; es decir, mantenemos un déficit de 611 mil millones de dólares, lo cual se traduce en fuga de divisas, menores oportunidades para las empresas y pérdida de fuentes de empleos.
El nuevo Tratado busca, precisamente, revertir este desequilibrio mediante una mayor integración de nuestras economías y mejoras en el funcionamiento de las cadenas productivas para recuperar la presencia económica que ha perdido América del Norte en las últimas cinco décadas. Baste señalar que, en 1970, la región representó el 40.4 por ciento del producto mundial y que, ahora, esta participación en la economía global ha bajado a 27.8 por ciento.
Por ello, el Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones. En otras palabras, los volúmenes de importaciones que realizan nuestros países del resto del mundo, pueden producirse en América del Norte, con menores costos de transporte, con proveedores confiables para las empresas y con la utilización de fuerza de trabajo de la región.
Desde luego, no se trata de cerrarnos al mundo, sino de aprovechar todas las ventajas que nos brinda la vecindad, así como la aplicación de una buena política de cooperación para el desarrollo.
Este Tratado permite atraer inversiones de otros lugares del hemisferio a nuestros países, siempre y cuando se cumpla con los principios de producir mercancías de elevado contenido regional y de procurar condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores del país exportador o importador de bienes de consumo.
Es importante también señalar que, en este acuerdo, los tres países aportamos capacidad productiva, mercados, tecnología, experiencia, mano de obra calificada y terminamos complementándonos. Por ejemplo, México tiene algo sumamente valioso para hacer efectiva y potenciar la integración económica y comercial de la región; me refiero a su joven, creativa y responsable fuerza laboral. No olvidemos que la participación de los trabajadores en los procesos productivos es igual de importante que el papel de las empresas. De poco serviría tener capital y tecnología, si no se cuenta con buenos obreros que se destaquen por su imaginación, su talento y su mística de trabajo.
Además, con acuerdos como este y con respeto a nuestras soberanías, en vez de distanciarnos estamos optando por marchar juntos hacia el porvenir. Es privilegiar el entendimiento, lo que nos une, y hacer a un lado las diferencias o resolverlas con diálogo y respeto mutuo.
Ciertamente, en la historia de nuestras relaciones, hemos tenido desencuentros y hay agravios que todavía no se olvidan, pero también hemos podido establecer acuerdos tácitos o explícitos de cooperación y de convivencia; por ejemplo, en los años cuarenta del siglo pasado, durante la Segunda Guerra Mundial, México ayudó a satisfacer la necesidad de Estados Unidos de materias primas y lo respaldó con mano de obra de los trabajadores migrantes, que fueron conocidos como “braceros”.
Desde entonces y hasta la fecha, hemos venido consolidando nuestras relaciones económicas y comerciales, así como nuestra peculiar convivencia, a veces de vecinos distantes y otras de amigos entrañables.
También, como es sabido, la historia, la geopolítica, la vecindad y las circunstancias económicas de ambas naciones han impulsado de manera natural un proceso de migración de mexicanas y mexicanos hacia Estados Unidos y se ha conformado, aquí, una comunidad de cerca de 38 millones de personas, incluyendo a los hijos de padres mexicanos. Se trata de una comunidad de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada y que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación. Asimismo, en México, más que en ningún otro país del mundo, viven y forman parte de nuestra sociedad un millón y medio de estadounidenses. De modo que estamos unidos, más que por la proximidad geográfica, por diversos vínculos económicos, comerciales, sociales, culturales y de amistad.
Presidente Trump:
Como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona y, lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted, comprensión y respeto.
Algunos pensaban que nuestras diferencias ideológicas habrían de llevarnos de manera inevitable al enfrentamiento. Afortunadamente, ese mal augurio no se cumplió y considero que hacia el futuro no habrá motivo ni necesidad de romper nuestras buenas relaciones políticas ni la amistad entre nuestros gobiernos.
El mejor presidente que ha tenido México, Benito Juárez García, pudo, como usted lo mencionó, entenderse con el gran presidente republicano Abraham Lincoln. Recordemos que este gran líder histórico estadounidense, el impulsor de la abolición de la esclavitud, nunca reconoció al emperador Maximiliano, impuesto en México con la intervención del poderoso ejército francés. No es casual que Juárez haya lamentado el asesinato de Lincoln, diciendo: “He sentido profundamente esta desgracia porque Lincoln, que con tanta constancia y decisión trabajaba por la completa libertad de sus semejantes, era digno de mejor suerte…”.
Lo mismo sucedió con la espléndida relación que mantuvieron, a pesar de las circunstancias difíciles, el presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt y nuestro presidente patriota, el general Lázaro Cárdenas del Río.
En los días posteriores a la expropiación petrolera, en una carta, el general Cárdenas reconoció el buen entendimiento bilateral de la siguiente manera:
Mi gobierno considera que la actitud asumida por los Estados Unidos de Norteamérica, en el caso de la expropiación de las compañías petroleras, viene a afirmar una vez más, la soberanía de los pueblos de este continente, que con tanto empeño ha venido sosteniendo el estadista del país más poderoso de América, el excelentísimo señor presidente Roosevelt.
De modo que, guardadas todas las proporciones y en circunstancias sin duda distintas, la historia nos enseña que es posible entendernos sin prepotencias o extremismos.
Ahora que decidí venir a este encuentro con usted, presidente Trump, en mi país se desató un buen debate sobre la conveniencia de este viaje. Yo decidí venir porque, como ya lo expresé, es muy importante la puesta en marcha del Tratado, pero también quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos.
A usted, presidente Trump, le agradezco su comprensión y la ayuda que nos ha brindado en asuntos de comercio, petróleo, así como su apoyo personal para la adquisición de equipos médicos que necesitábamos con urgencia para tratar a nuestros enfermos del COVID-19.
Pero lo que más aprecio, es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido, en nuestro caso, el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”. Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto. Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano.
¡Que viva la amistad de nuestras dos naciones!
¡Que viva Estados Unidos de América!
¡Que viva Canadá!
¡Que viva nuestra América!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Estados Unidos de Norteamérica, 8 de julio de 2020.