Nos cuentan desde la Cuenca de Oaxaca, que el alcalde de Tuxtepec, Fernando Bautista Dávila (NA), se ha ganado fama de mal inversionista y otros calificativos negativos, al erogar dinero público para la construcción de monumentos, cuando su municipio es uno de los más violentos del estado e incluso del país. Esta vez, nos dicen, don Fernando fue criticado por colocar una escultura en honor al productor de plátano, en la comunidad de San Bartolo, que consiste en la figurilla de un hombre completamente amarillo portando unas pencas de plátano en las manos. La colocación, nos aseguran, desató la burla de los pobladores por el color de la pieza y, sobre todo, la respuesta del artista a las críticas, quien afirmó que su monumento fue exhibido sin estar terminado. Ya en el pasado, nos narran, el edil también se ha confrontado con la población por la escultura de un conejo gigante y otra en honor a la flor de piña. Mientras las balas suenan, las estatuas brillan coloridas, aseguran en Tuxtepec.
(El Universal)
