Aprendiendo

Después del paso del huracán viene la calma.
Es notable y digno de resaltar y felicitar que cada vez más en el paso de los huracanes y grandes tormentas propias de una zona tropical-costera como la veracruzana, los daños tanto físicos como materiales son pocos cuando depende del hombre que así sea.
Cuando son actos divinos como se llama internacionalmente en términos legales el que una tormenta o un fenómeno natural arrase con las plantaciones, como ocurrió en la zona de Martínez de la Torre, y en general buena parte de la sierra donde las lluvias y los vientos destruyeron muchos plantíos, no se puede hacer otra cosa más que esperar que el seguro pague los daños o en su caso que el gobierno ayude a quienes resultaron víctimas de las circunstancias.
Todavía recuerdo y seguramente ud. amable lector recuerda no hace muchos años cuando los huracanes mataban muchas personas y destruían muchas viviendas.
Y lamentablemente las noticias hablaban de personas que eran arrastradas por la corriente, o vehículos que se los llevaba la fuerza del río, porque la gente imprudente consideraba que le era posible cruzar algún arroyo o riachuelos con fuerte corriente sin que le pasara nada.
Y vaya sorpresa cuando la fuerza de esa corriente los arrastraba. A veces vivían para contar su anécdota, otras simplemente eran parte de la estadística de las víctimas del meteoro.
Tuvieron que pasar muchos años y muchos muertos, para que la sociedad siguiera las indicaciones de Protección Civil, se quedara en su casa, no se arriesgara a cruzar riachuelos, arroyos o ríos cuando estaban crecidos, ni se metieran al mar con olas altas.
También ya cuidan sus casas y cada vez menos personas se asientan en zonas prohibidas como invasores de terrenos.
Lo que todavía no entendemos y hace falta más que conciencia, que haya sanciones, es no tirar basura en las calles porque eso tapa, “ahoga” las coladeras o alcantarillas de los desagües.
De por sí en muchos casos ya son viejos y otro tanto que los atiborramos de basura, pues es lógico y normalito que cuando llegue el agua, no tendrá salida y se formarán grandes charcos e inundaciones que penetrarán a los domicilios.
Algo así pasó recientemente en Naucalpan, Tlalnepantla y Ecatepec, con resultados catastróficos para decenas de familias que perdieron muchas de sus pertenencias, porque llovió en una gran cantidad y por muchas horas, subiendo el nivel del agua más allá de un metro.
En las diferentes ciudades de Veracruz también ocurre, hay colonias incluso donde es recurrente con cada aguacero.
Y eso tiene que ver con una cultura ciudadana de cuidar tu calle, tu colonia, tu entorno.
La mayor parte de las veces, sino es que siempre, le echamos la culpa al gobierno, a las autoridades por no hacer supuestamente su tarea.
Pero no son ellos responsables de que los vecinos sean “cerditos” les guste vivir en chiqueros y ni siquiera el frente de su casa cuidan y limpian.
Mientras no hagamos la parte ciudadana que nos corresponde tampoco tenemos derecho a reclamar que el gobierna cumpla sus obligaciones.
Se que por comodidad y por así convenirles a sus intereses, mucha gente no está de acuerdo y quieren que el gobierno les resuelve todos sus problemas domésticos, pero tristemente para ellos no puede ser así.
A cada quien lo que le toca.
Incluso, voy a ir un paso más allá, muchos de esos viejos y viejas gritones que van a las dependencias de gobierno a insultar a los funcionarios por lo que les pasa en sus calles o sus casas, ni siquiera pagan impuestos.
¿Entonces que reclaman?
El que paga impuestos tiene derecho a reclamar los servicios.
Y no se trata de pagar miles de pesos al SAT, simplemente de cumplir esa obligación ciudadana con la que se cubren los servicios.
Si, ya se que dirán que no pagan impuestos porque se los roban los funcionarios, pero esa no es respuesta válida si fomentamos desde el seno del hogar la corrupción y el incumplimiento de obligaciones ciudadanas.
Pero ese es otro tema, igual que el de aquellos que permanecen sin actuar o intervenir cuando hay algún secuestro o asalto en la calle y ni siquiera llaman al 911, total, no es su familiar al que están jodiendo.
¿O NO?
Lo que si hay que resaltar son los socavones que dejaron las lluvias en algunas carreteras pero porque esas si, están mal hechas y cobradas como si les hubieran puesto asfalto mezclado con oro. Pero ese es otro tema de los contratistas corruptos que el gobierno solapa.
El lunes le seguimos, por lo pronto felicidades a los ciudadanos que si están aprendiendo a respetar los reglamentos que les salvan la vida.

juliofentanes@gmail.com