Apuntan al Pipiolo

No se trata de ser “Manchado”, sino de entender que quien tiene el PAN-dero: es Pepe Mancha, y si bien es de buen cristiano reconocerle su trabajo al frente de la dirigencia de los “suspiritos azules”, mal harían los panistas si no ambicionara alguno de ellos ser el patriarca estatal del PAN, y aunque ninguno de ellos ha alzado la mano, no falta quien se la alce, como es el caso de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, a quien ya por ahí andan empujando; y por otro lado, tampoco falta quien le vea tamaños a Juan Manuel de Unanue para postularlo.

Guzmán Avilés podría ser tema para otra columna pero baste recordar que hace unos días, allá en Tantoyuca, durante la entrega del hospital rehabilitado “Humberto Silva Castillo”, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares le dio tremendo chocholazo al Chapito, a quien reconoció trabajo, dedicación y compromiso “por haber contribuido al cambio que los veracruzanos soñaron por mucho tiempo”.

Dato adicional que pocos saben pero que el Gobernador sí, es que el nombre que lleva este nosocomio, es del abuelo de la diputada local electa por Morena, Rosalinda Galindo Silva, quien durante sus vacaciones de la infancia, se iba a Tantoyuca a la boticaria o farmacia que don Humberto tenía en esa ciudad para “hacerla de tendera”.

¡Al asunto!

¿Por qué hay quienes no verían con malos ojos que contendiera Juan Manuel de Unanue por la dirigencia estatal?

Muy aparte de su carácter conciliador, trato terso y de respeto no sólo para sus compañeros de partido sino con las otras bancadas, sus números recientes hablan por él al tener uno, entre los tres distritos, que más votos aportó para el candidato a la Gubernatura: más de 68 mil votos.

En sí, el distrito XIV (Maryjose Gamboa), el XV (Bingen) y el XVI (De Unanue), aportaron casi 200 mil votos entre los tres, al obtener 60 mil, 70 mil y medio y 69 mil y medio aproximados, respectivamente.

Como dato relevante, estos tres panistas (como otros diputados locales de sus mismas siglas y de otros partidos) se pusieron en manos de sus representados bajo la figura de la reelección y bien valdría la pena ver el comportamiento que, a dos años de haberse convertido en diputados, tuvo el elector.

En el caso de Maryjose Gamboa, representante del distrito 14, en números redondos con todo y coaligados, gana por 51 mil votos contra 42 mil de Fernando “El Huevo” Arteaga; el PRI con la Balmori les siguió con 11 mil 600. En el 2016, Maryjose gana por 57 mil votos; Morena en esa ocasión obtuvo apenas 18 mil votos contra 23 mil del PRI.

Por su parte, Bingen Rementería (Veracruz 15), logra los casi 60 mil sufragios contra 46 mil de Rosa Hernández Espejo; el PRI alcanzó con Belem Palmeros 12 mil 800.

En el 2016, Bingen triunfa con 64 mil votos; Morena en esa ocasión obtuvo 21 mil y el PRI, muy apretado, 24 mil.

En tanto Juan Manuel de Unanue (Distrito XVI-Boca del Río) en esta ocasión, levanta la victoria con 59 mil 200 votos. La diferencia con Bingen es que casi dobla en cantidad a su más cercano contrincante, la morena y activista Silvia Rivera Figueroa, quien obtuvo 34 mil 600; mientras tanto, el PRI-Verde de Andilú Yunes Yunes, un poquito arriba de 16 mil. En el 2016, De Unanue alcanzó los 67 mil y medio; Morena, 14 mil; PRI, 31 mil.

Si bien perdieron votos los panistas, no se compara con la merma que del 2016 al 18 hubo en el PRI… como si sus votos se hubieran pasado a Morena.

Ahora, la zona conurbada no fue la única que rindió frutos para el PAN, hay otros siete distritos con similares comportamientos y en algunos casos, extraordinarios, como el de Pánuco, donde Rodrigo García Escalante se reelige. Él llegó por el PVEM, pero ahora lo hace por el PAN. En el 2016, gana con 60 mil votos contra 9 mil de Morena y 27 mil del PAN. En esta ocasión, su triunfo es sumamente apretado con 43 mil sufragios teniendo una diferencia aproximada de 300 sobre el moreno Baltazar Avendaño. Tava Ortega (del PRI) arañó los 17 mil y cacho.

La panista Judith Pineda Andrade, por Tantoyuca, es otro caso singular porque de Pluri pasa a Uni y en un distrito donde el PRI en el 2016 lo había ganado con más de 49 mil 200 votos en reñida competencia con el PAN, quien pierde por 500 taches. Morena en esa ocasión tuvo un poquito más de 13 mil votos, aunque ahora, en el 2018, casi los triplica al alcanzar los 36 mil, pero el PAN se impuso con 49 mil, es decir, mantuvo sus momios. El PRI, al contrario, los bajó hasta 26 mil. En ese distrito contendieron dos diputados que buscaron la reelección.

Nos queda Alamo, Perote (donde el PRI pasa a tercer lugar), Huatusco, Zongolica y Santiago Tuxtla, donde la constante fue el tercer lugar del PRI.

Al final, los números de Juan Manuel de Unanue y su forma de hacer política, tanto al interior de su bancada como con el resto de sus compañeros diputados, hacen que muchos le vean espolones para contender contra Pepe Mancha por la dirigencia del partido o si no, hasta para ser cabeza de manada de la bancada azul… aunque por el momento, el Pipiolo De Unanue no haya dicho “esta boca es mía”, que no es lo mismo que “este Boca es mío”.

smcainito@gmail.com