En el colmo de los colmos, resulta que dos de los finalistas en el proceso de designación del que será el primer Fiscal Anticorrupción del país, fueron descalificados ¡por tramposos!
Se trata de Braulio Robles Zúñiga y Angélica Palacios Zárate, a quienes en el Senado de la República les detectaron plagios “palabra por palabra” en los ensayos que entregaron para sus respectivas ponencias, como parte del proceso de evaluación que se lleva a cabo en el Congreso de la Unión.
Es verdaderamente inaudito que dos aspirantes a ocupar el cargo desde donde se supone se castigarán los actos de corrupción en México sean, a su vez, tan corruptos –y tan pendejos- como para fusilarse y presentar un texto ante sus examinadores creyendo que nadie se iba a dar cuenta. ¿De verdad ése es el nivel de los servidores públicos en nuestro país, que ser corruptos está en su naturaleza? ¿Será que no tenemos remedio?
Por cierto, uno de los senadores que se dio cuenta y denunció la trastada fue el veracruzano Héctor Yunes Landa, a quien nuuuuuuuuunca le han caído en una movida, por supuesto.
