Buenos policías, buenos gobiernos. Malos policías, mal gobierno

Ante la proliferación de muertos (descuartizados y desmembrados), el terror se apodera de la sociedad civil y las diferentes corporaciones de policía, se quedan sin capacidad de respuesta, tan inmediata como lo demanda la colectividad, pues al haberse abandonado el proyecto de Plataforma México, se dejó de utilizar una de las herramientas más importantes que el Gobierno Federal construyó como una contribución al proyecto de inteligencia policial nacional; y así poner a disposición inmediata de las policías existentes en todo el territorio nacional, los archivos de los registros criminales, con identificación de datos personales y fotografías de quienes se han visto relacionados con actos crimínales, incluyendo vehículos robados y otros utilizados por los delincuentes, así como también, la lista cada día más grande de bienes inmuebles asegurados que se pueden utilizar para un “alertamiento” que contribuya a la ubicación y detención de los sujetos vinculados a toda acción criminal; eso es lo que la inteligencia policial ha venido concentrando en Plataforma México; además la obligación de rendir por toda corporación policial, un informe homologado para la clasificación y registro de las armas utilizadas, de los vehículos y objetos incautados en la escena del crimen y los nombres, con apodos y señas particulares de los detenidos o de quienes son señalados como partícipes, que tuvieron la oportunidad de huir y sustraerse a la detención de la policia.
Al final del Gobierno Federal encabezado por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, el Secretario de Seguridad Pública, Genaro Garcia Luna, informó que los archivos de Plataforma México, se contaba en su “fase de arranque”, con quinientos cincuenta mil Informes Policiales Homologados, proporcionados por la Policía Federal; más el acervo de información de los Estados de la República, que sumaban para entonces cerca de dos millones de Informes Policiales Homologados de las corporaciones de policia estatales y municipales. A lo anterior habría que agregar el programa de selección de efectivos policiacos, cuyos exámenes de control de confianza, también homologados en todo el país, permitieran la contratación de personal sin antecedentes delincuenciales, quienes deberían concentrar su información personalizada en un Cardex Policial; los principales datos serían, desde luego el nombre, lugar y fecha de nacimiento, el domicilio particular, las huellas dactilares, el registro de ADN, el registro de voz, una prueba de grafología, la media filiación y los resultados de la evaluación de control de confianza y aspectos socioeconómicos.
Como se ha descubierto en múltiples hechos delictivos, sobre todo relacionados con la privación ilegal de la libertad, extorsiones telefónicas, secuestros y homicidios dolosos, en cuyos casos el involucramiento de policías en servicio activo o de ex policías, es cada vez más frecuente y precisamente el Cardex Policial serviría para evitar que quienes causaron baja en alguna institución de Seguridad Pública, por delitos o infracciones, por leves que fueran, no tengan la posibilidad de volver a ingresar a otras corporaciones de policía, de la misma Entidad Federativa o de otra. Al término del sexenio de Calderón Hinojosa, Genaro García Luna reportó que en Plataforma México se contaba con un millón trescientos treinta y cinco mil registros, correspondientes a igual numero de efectivos policiacos, y toda esa información se puso a disposición de los diferentes órdenes de gobierno para aprovechar adecuadamente todo ese acervo informativo para mejorar los servicios de Seguridad Pública, con elementos bien capacitados sin antecedentes criminales para eliminar el riesgo de la “peligrosidad” que siempre aparece con la reincidencia.
Se terminaron los tiempos en que la policia municipal estaba al servicio personal de los alcaldes de cualquiera de los 2450 municipios que se ubican en todo el territorio nacional; la mayoría de los cuales sólo servían para cuidar las espaldas a personajes de orca y cuchillo, caciques y aprendices de los mandamases acostumbrados a quitar y poner autoridades locales, desterrando a ciudadanos positivos, trabajadores y respetuosos de la ley, quienes para evitar los abusos caciquiles, han preferido fincar sus residencias en otros lugares de la República o en los Estados Unidos buscando el sueño americano. Sin embargo, aún persisten en muchas Entidades Federativas, familias de abolengo y otras que concentran la economía de la región, empeñados todos esos grupos, en mantener sus privilegios y para ello imponer sus caprichos con el respaldo de los policías locales siempre al servicio del mejor postor y no de la comunidad.
La recurrencia en la contratación de corporaciones o elementos de Seguridad Privada, ha sido un factor de tranquilidad para quienes están dispuestos y con posibilidades de pagar su costo; sobre todo en factorías, maquiladoras, comercios, procesadoras de alimentos y otros artículos, en donde se sufrieron robos y asaltos a mano armada para llevarse el producto y el dinero de la nómina y de los fondos revolventes; sin que se sepa de la recuperación de los montos de lo robado y mucho menos de la detención y encarcelamiento de los presuntos responsables. Pero los módulos de Seguridad Privada, también se han establecido en zonas residenciales y departamentos de lujo, donde se han padecido asaltos, secuestros y robos a casas destinadas a la habitación familiar en donde con sistemas de monitoreo, rondines de vigilancia y videocámaras, los particulares que disponen de un nivel económico de clase media y superior, sostienen esa seguridad privada, que les proporciona una mayor tranquilidad, que el Estado no ha sido capaz de garantizar en las principales ciudades de la República.
Que pena que fue al final del sangriento sexenio que le correspondió al señor licenciado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, mal gobernar a México y lo mismo podemos decir de la experiencia adquirida por su Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien en su momento no pudo aprovechar las bondades de Plataforma México y menos aplicar las técnicas que dejó recomendadas para fortalecer el nuevo modelo de Seguridad Pública, puesto que como sucede con el canibalismo político que no se ha podido desterrar, cualquier herencia de administraciones pasadas, por más positiva que pudiera resultar, nunca será aprovechada por los que llegan al abordaje sexenal, a dar rienda suelta a sus perversas ambiciones de conquista y apoderamiento del botín.