La elección intermedia, a celebrarse a mediados del próximo año, definirá la respuesta para quienes permanecen incrédulos del cambio democrático sostenido por el Presidente López Obrador, por que hasta hoy todo sigue igual que en los regímenes pasados de gobiernos del PRI y del PAN, donde la figura presidencial siempre fue dominante en la determinación y toma de decisiones fundamentales, sin escuchar el clamor popular contrario a sus determinaciones.
Críticos del sistema político, señalan que solo se trata de llevar al país al cambio de dirigentes y administradores públicos que se pusieron la camiseta de MORENA, poco antes de la tercera campaña que convirtió en Presidente al líder moral del partido que preside Yeidckol Polevnsky, pero carentes de formación ideológica y de convicciones. Nadie quiere que lo que se anunció con espectacularidad como “el fin” de un régimen corrupto, vaya a terminar en una simple bandera de campaña, sin mayores consecuencias para beneficiar al pueblo.
El gatopardismo que ha servido a muchos gobiernos para prolongar su agonía, sería fatal si ocurriera en México. Pues la incredulidad que ahora existe sobre la permanencia de los ideales de AMLO, ya ha permeado en la ciudad, en el campo, entre los obreros, amas de casa, profesionistas y universitarios, que permanecen alertas para ver si al final del sexenio “todo cambió, para seguir igual” o se cumplió con las expectativas que despertó “la esperanza de México”.
Por eso resulta importante el proceso electoral que se iniciará a fines de este año y que concluye el primer domingo de julio de 2021, donde se podrán vislumbrar las bases de la 4ª transformación, mediante el cambio de sistema político que propone López Obrador, o la vida efímera de su propuesta política. No olvidar que la criminalidad en vez de disminuir y desaparecer, ha crecido. Que la situación económica del país resulta crítica y mantiene al borde de la desesperación a los que menos tienen. Y que la corrupción sigue teniendo su origen en el sector público, coludido con inversionistas privados que únicamente velan por sus intereses creados.
Poco ayudan al señor Presidente López Obrador, los pleitos internos por la dirigencia nacional de MORENA y a las 3 cartas que se venían promoviendo para la presidencia del partido, tendrán que agregar 2 más con los nombres de Tatiana Cloutier y Mario Delgado; no la tiene fácil Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján ni Alejandro Rojas Díaz Durán.
