Dejó de ser elegante la amenaza

Carlos Vasconcelos Guevara, el fallido y frustrado candidato a alcalde de PRI-PVEM en Coatzacoalcos, “La amenaza elegante”, el mismo que dijo que si tiene una docena de guaruras es porque tiene para pagarlos… mientras los modestos habitantes de Coatzacoalcos padecen los azotes de la inseguridad… ellos que se frieguen.
Carlitos anda de vacaciones en Estados Unidos, luego de la dolorosa derrota en Antiguo Puerto México.
En el inicio de la campaña, citó al alcalde de Coatza, Joaquín Caballero Rosiñol, a compartir el pan y la sal en la casa del líder regional cetemista.
Todavía no terminaba de sentarse Joaquín cuando Carlos puso sobre la mesa una pavorosa pistola.
“¡A mí no me vas a traicionar como a otros, pendejo”… se escuchó el grito hasta el jardín que puso a temblar hasta a los mismos guaruras de ambos personajes.
Joaquín se puso blanco y hasta el hambre se le quitó. Y lo que comió a la fuerza, se le hizo agua a la hora de sentarse en el WC.
Caballero juró lealtad a costa de su vida. Fue uno de los días más amargos de su existencia.
Ese es Carlos. La amenaza que ya no tiene nada de elegante.
Imagínense si de pura chiripa Carlos hubiera ganado la presidencia municipal. Los habitantes de Coatzacoalcos iban a tener a un Donald Trump en miniatura. Pero existe la justicia divina y los ciudadanos de esa sureña ciudad se salvaron del terrible Carlitos.