Caso Porkis: Que caro sale lo que hubiera sido barato

En la jerga de los “dichos” reza uno muy popular que dice “…que lo barato caro” y hago alusión, a ese refrán, por la lamentable situación en la que se vieron involucrados los jóvenes veracruzanos, mejor conocidos con el penoso sobrenombre de los Porkis.
Diego, Felipe, Jorge y Enrique, de apellidos influyentes, forjados por la política o el trabajo empresarial de sus papás, todos del barrio “Costa de Oro” exclusivo fraccionamiento donde viven prominentes hombres de negocios y políticos con desahogada posición social y que, como juniors, habían alternado su vida juvenil con el dispendio, el abuso de diversión, bebidas, fiestas y desmanes al borde de la ley.
Bajo el ornato del despilfarro económico y la prepotencia que dan los privilegios de ser integrantes de familias pudientes y con lazos políticos e influencias, y ante la permisibilidad, precisamente, de los papás, éstos juniors se dieron a conocer como una pandilla juvenil delincuencial, que en un afán de malentendida diversión rompieron la barrera del orden y el respeto a la Ley.
Una noche al calor de las copas y el desorden a alguno de ellos se le ocurrió divertirse a costa de una menor de edad, que luego del “antro” en donde hubo de todo, los mozalbetes interceptaron a Dafne, la subieron por la fuerza a un vehículo y se la llevaron con rumbo a Costa de Oro, donde fue víctima de tocamientos por los cuatro sujetos y agresión sexual.
La niña, como sucede en la mayoría de estos casos, guardo silencio, ofendida agraviada y lastimada física y psicológicamente, hasta que ya no pudo más y confiesa a su padre de lo que fue víctima y señala a los Porkis como los agresores sexuales en su contra.
Las redes sociales dieron cuenta del pesar por la que atravesaba la víctima, muchos “amigos y conocidos” de Dafne pusieron en tela de juicio el comportamiento de los Porkis y dieron por hecho el beneficio de la duda. Pero no fue hasta que su Padre, Javier Fernández, hace públicos los hechos de los que la menor había sido víctima.
La viralización de este caso de inmediato fue tomada por medios nacionales e internacionales donde Veracruz sale a escena por este horrendo caso de victimización de una menor de edad a manos de cuatro Juniors protegidos por sus padres, quienes trataron de minimizar las cosas con la prepotencia cuando se ostenta dinero de más.
Javier Fernández, el padre de la víctima pretendiendo llevar el conflicto en paz y tratar de llegar a un acuerdo justo para limpiar la imagen de la víctima y su familia, exigió la grabación de un vídeo en donde los jovenzuelos pidieran una disculpa pública a Dafne y explicaran los motivos que los orillaron al ataque de la menor.
Otro de las solicitudes de Javier Fernández fue que los agresores recibieran terapia psicológica inmediata y que los agresores se mantuvieran alejados de Dafne.
Trascendió que el acuerdo consideraba una especie de donativo a una fundación donde los padres pagarían un emolumento para intentar resarcir el daño hecho a la menor y a la familia.
Pero, nuevamente la prepotencia y arrogancia de que a los pudientes no les pasa nada, los papás de los Porkis, minimizaron la advertencia de Javier Fernández, incluso en un intento de defender lo indefendible, Felipe Capitaine, arremetió con la familia Fernández presentando documentos vía Twiter, intentando desvirtuar lo sucedido la noche del 02 de enero del año pasado.
Era claro que los papás de los Porkis, nunca pretendieron llevar a cabo las exigencia del papá de Dafne y le apostaron a la dilación, al tráfico de influencias, puesto que los hijos, ya habían hecho más fechorías y nunca los había requerido la justicia, ante el silencio de los ofendidos.
Sin embargo en esta ocasión a las familias de los Porkis, no les salieron las cosas para sostener la impunidad y proteger a los hijos, los documentos que incriminaron a Diego, Felipe, Jorge y Enrique se hicieron públicos y Javier Fernández interpuso las denuncias correspondientes contra los agresores de su hija.
La atención local, nacional e internacional conformó una opinión pública que exigía justicia por todo el planeta de habla de los Porkis y la agresión a la menor de edad.
La Universidad del Valle de México en Veracruz anuncia la suspensión de carácter indefinido de tres de los jóvenes involucrados en el caso y exigen a las autoridades de la Fiscalía General del Estado.
Un Juez del Estado obsequia las ordenes de aprehensión y como si fuera un whatsapp, tres de los indiciados se dan a la fuga uno huye a Torreón, Coahuila, otro a España y el otro se presume que está escondido aquí, en algún lugar del Puerto de Veracruz.
El costo social, el desprestigio de tenar un hijo señalando donde quiera que este como un agresor sexual, padres cómplices en la fuga de los hijos, sabiendo aún que trasgreden la ley, gastos legales, manutención en España, en Torreón perdida de la oportunidad de realizar estudios universitarios, compra de jueces que por cierto, ese es el problema, comprar un amparo con todas las agravantes ya le costó la suspensión al Juez de Distrito, Anuar González, que emitió el amparo a favor de Diego Cruz.
Esa decisión llevó al Consejo de la Judicatura Federal a suspender a Anuar González, porque el laudo de otorgar el amparo causó polémica a nivel internacional poniendo en entredicho la justicia que imparte la suprema corte. Obviamente el amparo entra a revisión.
Todo esto que acabamos de compartir, no hubiera sido más fácil cumplir los deseos de Javier Fernández, pero no, los papas Porkis le apostaron a los vericuetos legaloides, que a estas alturas del partido ya llevan una buena inversión y lo que se avecina, le testerearon los bigotes al Tigre. Bueno, es sólo una opinión
fl.carranco@gmail.com