Certeza, credibilidad y confianza en la Cuarta Transformación

La certeza es el conocimiento seguro y claro que se tiene de las cosas, de las personas, de las palabras, de los compromisos, de las acciones y en general de todo aquello que el hombre asegura que se puede realizar; y es de ahí de donde pude surgir la confianza o la desconfianza que no permite vivir y trabajar en paz. No existe la “Tranquilidad” que proporciona el respeto a las reglas de convivencia social y por ende a todo el orden jurídico vigente.

Y en una sociedad organizada, corresponde a los tribunales la aplicación de las leyes y de ser necesario, la ejecución de sus fallos con el auxilio de la fuerza pública, para generar confianza (donde ya no existe), por ello cuando el Presidente Andres Manuel López Obrador, pregunta a quienes asisten a darle a bienvenida o a recibirlo en alguna comunidad, que si sus palabras le dan confianza y certeza a sus seguidores, éstos a “mano alzada” generalmente responden de manera afirmativa. De ahí que AMLO sigue creyendo que al pueblo bueno su gobierno representado por él mismo, si le da certeza.

Lo contrario ocurre en los círculos empresariales y de inversionistas, que no le conceden mérito alguno al trabajo que hasta hoy ha realizado el Gobierno de la 4ta Transformación, puesto que la certidumbre se construye con el cumplimiento de los ofrecimientos cumplidos, muchos de los cuales hasta el día de hoy, siguen siendo promesas de campaña.

Los opositores al Presidente y algunos críticos sistemáticos del Gobierno, han aprovechado las deficiencias de los programas en los que se reparte sin control el dinero público, a los adultos mayores, a los ninis, a los productores del campo que se quejan de la insuficiencia de los recursos recibidos y a otros sectores de la sociedad, que según la oposición, solamente tienen un propósito clientelar con miras a las elecciones intermedias de 2021.

De la certeza, depende la credibilidad y del crédito a la palabra, surge la confianza para que el Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador tal como se comprometió, termine con la corrupción, inseguridad, criminalidad y desigualdad social. Solo que eso no lo puede hacer el Gobierno de un solo hombre, que no confía ni en su círculo más cercano, para delegar funciones de tan alta responsabilidad. Lo que se impone es corregir el rumbo, antes de que concluya el primer año del sexenio, para no terminar lamentando lo que pudo haber sido y no fue.