Con qué cara llegará “Javidu”

Después de su periplo como fugitivo, Javier Duarte de Ochoa volverá a pisar su país de origen, lejos, eso sí, de la tierra que mal gobernó y en donde tristemente se le recuerda.

Procedió rápidamente la solicitud de extradición, en lo que ya se considera uno de los desahogos judiciales con mayor cobertura que hiciera la prensa, sobre todo la mexicana desde Guatemala, país al que le urge se vaya el cuestionado exgobernador.

Desde su detención en aquel país centroamericano, el que era uno de los prófugos más famosos de la época reciente se mostró ante las cámaras sonriente, con esa actitud déspota y prepotente de siempre.

Como si no le importará la condición en la que se encuentra, Duarte de Ochoa ha optado por mostrarse en ratos —incluso— con presunto optimismo, que lo mismo saluda a reporteros, que hace gestos que asemejan a un psicópata extraviado.

El análisis psicológico que debería aplicarse a Javier Duarte podría arrojar resultados interesantes; no se sabe a ciencia cierta por qué sonríe tanto y la razón para demostrar tanta desfachatez aun cuando nunca imaginó salir esposado ante las cámaras.

Poco antes de que huyera, en el noticiario de Carlos Loret de Mola, hizo gala de las mentiras compulsivas que expresaba hacía tiempo. Ahí frente a las cámaras de televisión dijo ser inocente de las acusaciones y negó tener propiedades y cuentas en el extranjero.

Pero no sólo eso, casi a manera de decreto, aseguró que no se veía en la cárcel en el futuro inmediato.

Hoy Duarte sabe que no se librará de la cárcel; aunque hay varios mitos en torno a la presunta protección por secretos políticos, al exgobernador veracruzano le esperan varios años encerrado y tras las rejas frías y deplorables de un penal.

La cara de Javier Duarte ya en territorio mexicano es esperada por muchos; seguramente intentará seguir sonriendo y mostrando desenfado, sin embargo, ya se verá conforme avancen los meses cuál será el desarrollo de su actitud, hasta hoy confusa psicológicamente hablando.

A partir del 17 de julio se espera el arribo del exgobernador y con ello, de nuevo una andanada de información en torno al caso de corrupción más sonado de los últimos tiempos.

Se ve difícil que alguien en su sano juicio salga a la defensa del sonriente Javier Duarte de Ochoa.

ÁGORA

En el congreso local veracruzano parecería que hay competencia para ver quién arma el mayor escándalo en tribuna; lejos quedó el foro para verdaderos parlamentarios. Una vergüenza tomando en cuenta las leyes pendientes que debieran discutir con altura quienes hoy en día, cobran más de 200 mil pesos mensuales.

No todos son iguales, eso sí, pero la mayoría muestra una actitud convenenciera y superficial, ya ni se diga que a todas luces sólo trabajan para beneficio propio y de sus respectivos proyectos políticos.

ÁGORA II

Varios andan preocupados porque ven irse de las manos los municipios de Tuxpan y Fortín que ya sentían ganados; por ello, en política y tiempo electoral no hay que olvidar la popular frase “del plato a la boca, se cae la sopa”.

@monicamarena