Finalmente este lunes se concretarán los cambios en la Contraloría del Estado.
Algo pasó ahí. Algo muy terrible como para que el Gobernador haya ordenado el cese de tres directores: el de Fiscalización Interna, el de Administración y el de Fondos Federales. Y también que corrieran a los titulares de 15 órganos internos de control.
Algo muy grave debió haber pasado. Que se recuerde, nunca habían cesado a tantos funcionarios de la Contraloría así de un solo jalón, y mucho menos en el arranque de un gobierno. Como que la máquina no estaba bien afinada en el comienzo de la pendiente y “cascabeleó”. Se espera que con las nuevas bujías, sí pueda remontar la marcha.
Surgen conjeturas: que Cuitláhuac García le pidió a la Contralora información golpeadora contra el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y sus ex colaboradores, pero que la Contralora y sus subalternos no quisieron o no pudieron darle “carnita” a su jefe.
Por eso es que la Contralora Leslie Garibo Puga presentó su renuncia, dimisión que no le fue aceptada. Le dieron un voto de confianza a la Garibo, más no así a sus subordinados.
Pero ya nos enteramos que varios de los nuevos funcionarios que serán nombrados a partir de este lunes en esa dependencia son unos improvisados y sin experiencia. Son personas que estaban sin chamba y las están tratando de premiar. Pero no se trata de eso. Deben poner servidores públicos muy fregones y picudos para estar a la altura de las circunstancias.
Se escucha la voz en la oficina principal de Palacio de Gobierno: “¡Urge dar a conocer a la opinión pública un verdadero escándalo de las corruptelas de Yunes, que sea algo así como un mega madrazo por la afrenta que sufrimos en el Congreso Local, en donde Yunes operó para frenar los juicios políticos en contra del Fiscal Jorge Winckler”!
¿Podrán lograrlo?, ¿o en lugar de un verdadero fogonazo, los morenos saldrán con pírricas chinampinas? Ya se verá.
