En los mexicanos en general hay hartazgo en la forma de hacer política y no hay una percepción de que se haya mejorado la calidad de vida.
Aún cuando hay avances importantes, mientras en la bolsa no alcance para comprar lo básico, ninguna cifra de la macroeconomía convencerá a quien tiene que pagar cada más pesos por los mismos productos y lo que es peor, con el mismo recurso.
Este desencanto que provoca enojo social, lleva a votar en elecciones con el coraje y la decepción a cuestas.
Votamos de castigo, buscando que quien promete que todo será diferente lo haga y dándonos de topes después al darnos cuenta que o eran lo mismo o resultaron peores.
La reflexión viene a cuento por lo que ha pasado en los Estados Unidos, un presidente Trump que ha sorprendido por su digamos , peculiar forma de gobernar.
De cara a los hechos lamentables en una escuela de Florida, propone como solución a los tiroteos en centros escolares, que se entrene a los maestros y se les den armas de fuego para que puedan repeler un eventual ataque.
Este tipo de ocurrencias son las que nos deben ayudar a escarmentar en cabeza ajena.
La elección del primero de julio es vital para la consolidación y el desarrollo del país.
Entiendo y comparto el enojo, el desánimo, la falta de oportunidades, sin embargo creo que debemos reflexionar muy bien, en manos de quien queremos poner nuestros destinos.
Usted sabrá quien es el mejor, votará de acuerdo a su preferencia, pero creo que examinar con cuidado y estudiar a todos los candidatos con detalle, es fundamental para no tener nuestro propio Trump, a nivel país, pero tampoco en los estados, municipios y congresos.
Cuando veamos las barbas del vecino cortar….
