Cuidar a la juventud es cuidar el futuro

Una de las noticias que más nos impactaron la semana pasada fue la del adolescente que atacó a balazos a sus compañeros y a su maestra y luego se quitó la vida en una escuela secundaria de Monterrey.

Da verdadero escalofrío darse cuenta hasta donde se ha llegado en la deshumanización de nuestra sociedad, y de la soledad y falta de expectativas en las que los jóvenes viven en la actualidad, al grado que para llamar la atención recurran a actos extremos como el de este muchacho.

Y estamos hablando de que esto ocurrió en una ciudad de las consideradas más prósperas en nuestro país, en la que la calidad y oportunidades de vida son mucho mejores que en otras regiones de México.

Como siempre sucede, una vez que ha sucedido una tragedia como ésta, se pretende cubrir las probables deficiencias que permitieron hechos tan lamentables sin atender a las causas de fondo, que es donde se incuban los verdaderos problemas.

Por ejemplo, en Xalapa en una escuela se anunció que se implementaría el llamado “operativo mochila” para revisar las bolsas y maletines donde los estudiantes transportan sus útiles escolares, como si eso sirviera para aliviar las tensiones que llevan a un joven, que es todavía casi un niño, a actuar con violencia.

Tengo la certeza de que parte del problema se concentra en el vertiginoso ritmo de vida al que los adultos debemos someternos para llevar el pan a nuestros hogares, y que nos hace alejarnos de nuestros hijos, desatenderlos y muchas veces hasta abandonarlos a su suerte.

En ciudades como Xalapa, nuestro municipio, esto tiene que ver con la falta de generación de riqueza, de oportunidades y de acceso a una vida digna, lo que obliga a los padres de familia a trabajar todo el día, incluso en actividades laborales diversas, sin enterarse siquiera de lo que hacen sus hijos, de sus problemas, de sus alegrías, de sus sueños y de sus conflictos.

Me parece que es momento de que tanto la sociedad como el gobierno pongamos mucha mayor atención en lo que pasa con nuestros jóvenes, que no están encontrando vías para un desarrollo pleno y armónico precisamente porque las oportunidades son escasas, cuando no inexistentes.

Como sociedad tenemos que voltear a ver qué es lo que está sucediendo alrededor nuestro y cómo afecta a nuestros hijos. A identificar lo que puede llevarlos a tomar una decisión de esta naturaleza que arruine sin motivo aparente, pero irremediablemente, sus vidas, y a tomar medidas para evitarlo, que pasan por brindarles la atención y el amor que requieren para sentirse seguros, plenos y felices.

A su vez, el gobierno tiene la obligación de garantizar que todos los ciudadanos podamos encontrar esas vías para un desarrollo integral, a que existan las oportunidades para obtener empleos dignos que a su vez, permitan la integración familiar que prevenga que, desde el resentimiento y el abandono, se incuben conductas violentas que estallen cuando la presión es insoportable.

Cuidar y proteger a nuestra juventud es cuidar y proteger nuestro propio futuro como sociedad. De ese tamaño es la responsabilidad que en sentido, tenemos todos que asumir.

*Presidente de la Asociación Civil Nuestro Municipio.

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