Cursis, absténganse

Si usted es hombre y planea obsequiar flores el próximo 8 de marzo, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, déjeme decirle que mejor no lo haga. Tampoco se atreva a felicitar con júbilo a mujer alguna, pues sinceramente no hay nada que festejar. Para desentrañar por qué es de mal gusto andar con algarabías en ese día, hay que ir a la raíz de la palabra. De acuerdo con la Real Academia Española, una conmemoración implica: “Recordar solemnemente algo o a alguien, en especial con un acto o un monumento”. Como puede verse con el rigor idiomático, ese día son inaceptables serenatas, ramos de rosas o cualquier otra cursilería que su ingenio les dicte.
Siempre lo he afirmado, en la historia de la humanidad ha prevalecido un crónico sistema de exclusión social que coloca a las mujeres en un segundo plano, reduciéndola exclusivamente al ecosistema de su hogar; en donde son más “valoradas” las duchas para cambiar pañales, las experimentadas cocineras, las sufridas que cumplen sus deberes con abnegación y las esposas devotas que consienten a sus machos proveedores.
Es cierto, ha habido grandes avances en la lucha por los derechos de las mujeres en el mundo y nuestro propio país, no obstante los estragos del machismo milenario aún están vigentes en las manifestaciones violentas en contra de las mujeres. La misoginia como decisión unilateral, pasa del “libre pensamiento”, pasa de las ideas a la acción criminal que violenta a las mujeres, partiendo desde el chantaje, la amenaza, la agresión física hasta la violación y el feminicidio.
Los actos de resistencia civil que emprenderemos las mujeres el 8 y 9 de marzo próximos, no se circunscriben al tema escandaloso y estremecedor de los feminicidios que han acontecido con una brutalidad espantosa en los últimos días. El problema tiene muchas facetas sombrías que deben exponerse de manera integral. Protestaremos, sí, por las mujeres asesinadas por motivos de odio; también nos manifestaremos porque exista equidad en el ámbito laboral y que tanto mujeres como hombres reciban un pago equitativo para trabajos iguales; vamos a expresar repudio por todos los acosadores que valiéndose de una posición de poder, pretenden doblegar a sus subordinadas para obtener favores sexuales; declararemos nuestra desaprobación por todas las políticas públicas que han dado reversa a los derechos de las mexicanas; seremos enfáticas en señalar a los sádicos que ejercen violencia de género; haremos evidente con nuestra ausencia que estamos resueltas a defendernos y a reclamar seguridad a las autoridades.
CONSUMMATUM: Morena quiere colonizar a todos los órganos autónomos del Estado mexicano. Van por el Instituto Nacional Electoral y no disimulan sus intenciones. La botarga que dirige a la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha propuesto al estadounidense de origen John Ackermann como uno de los sinodales que examinarán los perfiles de los aspirantes a Consejeros Electorales. El susodicho es un “influencer” de la “Cuatroté”, esposo de la Secretaria de la Función Pública del gabinete federal y un destacado catedrático de la “Escuela de Cuadros” del partido del Presidente López Obrador. Quieren dinamitar nuestra democracia.