Daniel Fernández, un nacido para perder, se vuelve a promocionar

Hay aspirantes a políticos que pululan en tierras veracruzanas que, por más que “se esfuerzan”, simplemente nacieron para perder. Hasta en las canicas. Uno de esos casos es el de Daniel Fernández Carrión, quien anda muy movidito con el fin de alcanzar algún “hueso” el año que viene por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Le tira a ser candidato a una diputación, ya sea local o federal.
El problema es que su escasa trayectoria política no lo deja bien parado, más bien lo pone por los suelos, ya que cuando fue regidor tercero en la administración xalapeña de Américo Zúñiga Martínez “pasó de noche” su gestión, muy gris su desempeño como funcionario municipal, sin olvidar que el Partido Encuentro Social (ya desaparecido) lo descubrió entregando videocámaras con su imagen y nombre, acción considerada ilegal, lo cual avaló el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz.
Además, concluida su regiduría, fue candidato a diputado federal en 2018 y, ¿qué creen? Perdió el señor. Bueno, como las mañas no se olvidan, ahora Fernández Carrión anda en estos días otra vez promocionándose, para la diputación ya referida, en diversas zonas de la capital (Circuito Presidentes, Arco Sur y colonia Zapata, por ejemplo), colocando para ello publicidad del PVEM con su foto, lo que sería violatorio (otra vez) de las leyes electorales.
Como coartada Daniel Fernández lanzó una convocatoria del programa #VecinosAlerta reciclando, para que colonos de cualquier punto de la ciudad puedan adquirir un kit de videovigilancia. Ese es el pretexto, pues su objetivo final es que la ciudadanía lo identifique, lo tenga presente para que lo voten en 2021, si es que llega acaso a las boletas.
El punto es que “políticos” como él, ya probada su ineficacia como funcionario público y su rechazo en las urnas por parte de la ciudadanía, no deben aferrarse a vivir del presupuesto. Que le busquen por otra parte, en trabajos que sí puedan realizar. Porque ya se vio que en eso de la política, insistimos, nació para perder.