De nuevo Michoacán

Si los malos le aplican la Cuauhteminha, la 4T será Aguililla que cae

En septiembre de 2006, cinco cuerpos decapitados fueron dejados en la pista de un burdel de Uruapan, Michoacán, el mensaje fue de la ‘la Familia Michoacana’, entrabamos como país al apocalipsis gore del crimen organizado.

Fue en Michoacán, donde Felipe Calderón dio el banderazo, a finales de 2006, de la llamada guerra contra el narco, hecho que marcó su administración, para mal, de por vida.

En 2014, Enrique Peña Nieto impulsó la fallida estrategia de las autodefensas en Michoacán, a sugerencia del general colombiano Oscar naranjo Trujillo, quien cobró una millonada y se regresó a tu tierra muy quitado de la pena, la inseguridad empeoró.

Ayer lunes, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, decía que habían logrado ‘un punto de inflexión en la violencia en el nivel de crecimiento de los delitos dolosos’ cuando más tarde el Cartel Jalisco Nueva Generación, emboscó a un grupo de policías dejando al menos 14 muertos, el evento, de nueva cuenta, ocurrió en Michoacán.

Bien haría el presidente López Obrador en dejar los mítines de campaña y realizar trabajo de gabinete, en el cual, asesorado por expertos y no por paleros, busque una solución viable al problema de la violencia, sino, tropezará con la misma piedra que sus predecesores.