Del cardenismo, al perredismo y ahora a la regeneración nacional

La reunión sostenida entre el fundador del PRD Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y su discípulo más aventajado, Andrés Manuel López Obrador, en días previos a la toma de posesión presidencial, fue con el claro propósito de afianzar la transición democrática que significaba el triunfo de López Obrador, por la experiencia de Cárdenas en el 88, cuando se le esfumó su triunfo entre la noche y la madrugada del día de la jornada electoral. Y aunque el tabasqueño siempre estuvo seguro de llegar a Palacio Nacional en este tercer intento, lejos de su círculo se tenía el temor de un fraude maquinado que lo desconociera.

Los amarres de López Obrador para garantizar su triunfo electoral, incluyeron la invitación a personajes y actores políticos, que podrían haber contribuido a favorecer a cualquiera de los otros aspirantes; por ello panistas, perredistas, priístas, líderes magisteriales del SNTE y de la CNTE, fueron incorporados al proyecto político del Partido MORENA y una prueba de ello lo constituyen el licenciado Manuel Bartlett Diaz, el abogado German Martínez, Santiago Nieto, Napoleón Gómez Urrutia, Ricardo Monreal Avila y una larga fila de ex de todos los partidos, que ahora visten la misma camiseta que luce Yeidkol Polevnsky.

El reconocimiento de López Obrador a quien lo recibió en el PRD cuando renunció al PRI y dejó Tabasco para instalarse y hacer política en el Distrito Federal, es indudable y para muestra un botón, el nieto del expresidente Lázaro Cárdenas e hijo de Cuauhtémoc, Lázaro Cárdenas Batel funge desde el primero de diciembre pasado, como Coordinador de Asesores de AMLO y por ende forma parte del círculo más cercano del señor Presidente.

El ingeniero Cárdenas ha sido reconocido como un dirigente social, precursor del movimiento que inició el derrumbe del PRI, junto con el actual Presidente de la Cámara de Diputados Porfirio Muñoz Ledo, puesto que la Cuarta Transformación no habría podido surgir, sin los cimientos del Frente Democrático Nacional de 1988

De Lázaro Cárdenas Batel, no se puede decir lo mismo que de su padre o de su abuelo, pues cuando fungió como gobernador de Michoacán, asociado al grupo político de Leonel Godoy, fue cuando surgieron los autodefensas y grupos criminales, dueños y señores de Michoacán, Entidad Federativa, a la que han convertido en la peor gobernada en el país, coincidentemente por otro perredista de cepa Silvano Aureoles Conejo.