DEL FRACASO DE LO POLÍTICO-POLICIACO, AL RESCATE MILITAR DEL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO

Por donde quiera que se vea el panorama de la información, el mayor número de notas se relaciona con la Criminalidad, la Corrupción en el medio político y la Impunidad. Y como si el subsuelo del territorio nacional hubiera sido en las dos ultimas décadas, un cementerio, apenas escarban los familiares de personas desaparecidas y el personal de las fiscalías estatales y de la Procuraduría General de la República, y encuentran restos humanos; producto de los secuestros y ejecuciones de las bandas criminales; gozando hasta la fecha, sus autores materiales y sus mandantes, de la más absoluta y total Impunidad.
El gran reto para las autoridades de los tres ordenes de gobierno, consiste en aclarar mediante el uso de las modernas técnicas de investigación criminal y con la aplicación de la metodología más avanzada, la identidad de los restos humanos, para de ahí iniciar la búsqueda, localización y castigo de quienes resulten penalmente responsables de estos hechos, que bajo ninguna circunstancia, pueden quedar en el olvido y sin sanción.
Antes de que México “se colombianizara”; es decir, antes de que nuestro país fuera penetrado por el narcotráfico y las bandas criminales, en las estructuras gubernamentales; en el sector empresarial; y en todos los sectores sociales, la inconformidad de la población era la pobreza y la falta de oportunidades de desarrollo personal, que daban lugar a la segregación de muchos mexicanos. Hoy en día, la mayor inconformidad de la gente, es el alto grado de inseguridad, que como se afirma ha invadido la totalidad de los portales noticiosos, por encima de las secciones de economía, deportes, artísticas y culturales, y etc.
La saturación de información sobre la Corrupción en el gobierno y sobre todo, la Impunidad de que gozan los funcionarios públicos de todo nivel, ha comenzado a generar una Cultura de la Inconformidad, en contra de la política y los políticos; en contra de la partidocracia y de los eternizados hombres públicos, que saltan de un cargo a otro; que visten la camiseta de cualquier partido político que los cobije y que mediante la traición la deslealtad y la falta de compromiso por una causa noble, han acumulado grandes fortunas, que con ostentación publicitan sus beneficiarios, a través de las redes sociales y en los círculos que frecuentan.
Hemos llegado al limite de la tolerancia, y de no ponerse fin a los abusos y excesos de los poderosos que con fuero y sin fuero, dan rienda suelta a su vanidad, la guerra civil, producto de la lucha de clases, está a la vuelta de la esquina; ya no habrá más oportunidades para quienes frenan y restringen la movilidad social, en aras de un quietismo y de un inmovilismo social, que no permite el surgimiento de nuevos rostros, con nuevos proyectos, con mayor coraje en la lucha por el fortalecimiento de las Instituciones Públicas y con la inteligencia y preparación suficientes, para garantizar el Estado Democrático de Derecho.
En Centro y Sudamérica, los países que vivieron iguales condiciones a las que hoy envuelven a México, fue necesario que una institución como la nuestra, que se caracteriza por “”el cumplimiento del deber hasta el sacrificio; que anteponga al interés personal, el respeto y cumplimiento de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”” se haga cargo “temporalmente” del gobierno que los “Civiles” se han encargado de corromper, con grave riesgo para el sostenimiento de la tranquilidad y la paz pública. No hay que menospreciar la valentía y el honor de los miembros del Heroico Ejercito Mexicano; puesto que existe la certeza de que entre quienes visten el uniforme militar, hay talentos políticos, con agallas para enderezar el rumbo de México.