Del Mundial y Feminicidios

Desperté con una sacudida del marido. Iban a dar las siete de la mañana. “¡Vamos a traer la despensa de una vez!”, me dijo. Medio somnolienta me levanté, aún tenía los ojos hinchados. “Hoy es la final del mundial femenil y quiero verla”. ¡Ah, ya salió el peine!, le dije. Como buena esposa, me apuré pues desde que empezó el Mundial Femenil, él le había dado seguimiento. No, no pienso que sea por las jugadoras o porque quiera ver a Alex Morgan, simplemente al marido le gusta el futbol y dice que las mujeres no hacen tanto “pancho” en la cancha como los varones.

En serio, no podría molestarme cuando veo lo que les ha costado a las mujeres abrirse campo en el fútbol soccer, un deporte considerado totalmente para varones y que tiene muchas desigualdades para las mujeres, tanto en salarios, cobertura en medios de comunicación, publicidad, y hasta en la misma FIFA, como lo expresó la capitana estadounidense Megan Rapinoe, quien criticó que el futbol femenino no es suficientemente respetado por dicho organismo que programó el mismo día las finales de la Copa América y la Copa Oro. Incluso el futbol femenil sigue teniendo mucha resistencia en nuestra sociedad y hasta comentarios misóginos, sexistas y machistas en redes sociales se pueden leer.

Ahora que si volteamos a ver el futbol femenil en México, la diferencia es abismal. Leía ayer un trabajo en el portal Animal Político de Gerardo Borbolla y Joaquín Loyo donde señalan que a tres años de la creación de la Liga BBVA MX Femenil, la cultura machista, los bajos salarios, la escasa cobertura en medios, la falta de apoyo comercial y editorial, son un problema latente. Dentro de los ejemplos que señalan, llama mi atención el sueldo promedio de una jugadora de la Liga MX, apenas 3 mil 400 pesos mensuales, mientras que la liga femenil francesa es la mejor pagada con 78 mil pesos en el mismo lapso, de acuerdo a la encuesta global de salarios deportivos 2017 de SportingIntelligence.

Estados Unidos vuelve a ganar el mundial femenil, es tetracampeón y con ello la esperanza de mejores condiciones de las mujeres en el fútbol soccer, pues recordemos que sus jugadoras luchan jurídicamente por la igualdad de salarios y mejores condiciones en ese deporte.

II

El sábado hubo manifestación en París… hombres y mujeres salieron a protestar contra los feminicidios y la violencia machista con Francia; solicitaron a su presidente Emmanuel Macron acciones concretas e inmediatas para evitarlos pues según sus estadísticas se está incrementando la cifra; incluso, diversos grupos feministas le enviaron una carta para exigirle acciones inmediatas ante su silencio. En lo que va del año, París contabiliza 74 mujeres, número considerado alto a mitad del año, pues las estadísticas reportan poco más de 100 al año, algo así como una mujer asesinada cada tres días.

En México, la realidad es totalmente alarmante. Las estadísticas afirman que cada dos horas y media una mujer es asesinada; incluso, de acuerdo a los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a mayo registraron 369 casos en el país, siendo Veracruz el que encabeza la lista con 76 feminicidios, seguido de 38 en el Estado de México, 25 en Puebla, 22 en Chihuahua y 22 en Nuevo León. A diferencia de los parisinos, los mexicanos no exigimos acciones contra el feminicidio, ni salimos a manifestarnos. ¿Hasta cuándo seguiremos en esa pasividad y silencio que sigue matando mujeres?

Cuando la izquierda ganó en el país y en varios estados, pensé que las cifras tendrían una disminución o al menos ya no seguirían incrementándose, puesto que muchos activistas y defensores de Derechos Humanos simpatizaban con este movimiento, pero tal parece que ahora han callado… o hemos callado a la exigencia de resultados de políticas públicas para protección de las mujeres, cerramos ojos y oídos al número que se incrementa cada día.

En Veracruz se puso en marcha el Programa de Cero Tolerancia a la Violencia contra Mujeres y Niñas, pero con 76 feminicidios, todo indica que no está funcionando.

Recientemente el gobernador Cuitláhuac García Jiménez hizo una evaluación de sus Secretarios en Casa Veracruz. Considero que del mismo modo debe revisar su programa implementado y si no funciona, cambiar a un plan B, C o D, que sí muestre resultados. Las veracruzanas necesitamos sentirnos seguras y no pensar que el día de mañana podemos ser una cifra más del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

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