El accionista mayoritario de la Fundación Azteca, don Ricardo Salinas Pliego, decidió demandar al semanario Proceso, por la publicación de un reportaje que lo involucra en el año 2016, en la venta de la empresa “Fertinal”, a Pemex, por la suma de 635 millones de dólares, en tiempos de abundancia económica en que gobernaba a México Enrique Peña Nieto. La operación mercantil para el siguiente año (2017) reveló una auditoría que los activos de Fertinal, no superaban la cifra de los 15 millones de dólares, lo que representó un quebranto económico para Petróleos Mexicanos.
Para cuantificar el daño causado a la parte compradora y el enriquecimiento ilícito de los dueños de Fertinal, hay que sumar al precio de la compra (635 millones de dólares), otros 315 millones de dólares que resultan indispensables para la reparación y operación de Fertinal. La primera noticia se publicó en el Wall Street Journal y la investigación de los reporteros del semanario Proceso, sirvió para complementar la información de la que se duele Ricardo Salinas Pliego.
Daño moral según el Diccionario Especializado de los Grandes Penalistas, se define como ““aquel que sufre alguien en sus sentimientos, en su honor, en su consideración social o laboral, a causa del hecho dañoso. No deja de ser una conducta ilícita contra las buenas costumbres, que sufre una persona en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspecto físico, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás””.
El daño moral es el menoscabo en los sentimientos y por tanto, insusceptible de apreciación pecuniaria. Las experiencias en los tribunales de los fueros común y federal, nos ilustran sobre la posibilidad de reparar el daño moral que deriva del material, más deja sin resolver, la posible indemnización del daño moral puro.
Ahora que mucho habrá de influir la trayectoria personal y empresarial del señor Ricardo Salinas Pliego, quien acaba de ser reconocido con la medalla “Distinción Humanitaria” que otorga la Cruz Roja Mexicana, pues al empresario seguramente no le interesa la indemnización económica que podría obtener si llegara a ganar el pleito en los tribunales; sino más bien una disculpa pública o retractación de Proceso a Salinas Pliego, si se tratara de una difamación, lo que podría terminar con el litigio antes de que crezca y se vuelva de imposible reparación.
