DESAPROVECHAR AL CISEN, SIGNIFICARÍA UNA DERROTA MÁS AL PARTIDO EN EL PODER

Los grupos de oposición contra el Estado Mexicano, siempre han existido, a partir de los gobiernos civiles posteriores a los emanados de la Revolución Mexicana, institucionalizada por los acuerdos de los jefes políticos y caciques regionales, quienes acudieron al llamado del General Plutarco Elías Calles; para repartirse el país, dividido en zonas que hasta la fecha, subsisten delimitadas y controladas por los hombres fuertes del gobierno y sus lugartenientes.
Para comprender la importancia del CISEN, se debe saber que para mantener el control de los movimientos políticos y sociales, el gobierno federal, se apoya en instituciones identificadas por ser político-policiacas- espionaje, que informan oportunamente lo necesario para desactivar o neutralizar acciones antigubernamentales y mantener la estabilidad nacional.
Desde el año 1960 y hasta el inicio de la década de los setenta, la llamada Guerra Sucia consistió en detener a los miembros de toda organización “no gubernamental”, que representara un riesgo para la buena marcha del Estado Mexicano y su partido el PRI. El Partido Comunista Mexicano, operando clandestinamente al haber sido proscrito por el gobierno, se involucró en una guerra de baja intensidad, apoyando al grupo guerrillero de la Liga Comunista 23 de Septiembre y a otras organizaciones antigobiernistas, y lo mismo hizo mediante el apoyo al Movimiento de los Ferrocarrileros liderado por Demetrio Vallejo; movimientos que el gobierno frenó con información oportuna emanada de la Dirección Federal de Seguridad.
Hoy se publican noticias que denuncian la extracción de información importante, para entender la historia política reciente de México; para lo cual hubo que esperar a que transcurrieran treinta años “de confidencialidad” y al fin conocer el contenido de los expedientes “guardados celosamente en el Archivo General de la Nación), cuyo contenido se relaciona con la vigilancia y control de los actores políticos acusados de ser “disidentes” y por tanto se borran de un plumazo, los nombres y apellidos de los mexicanos que por disentir del gobierno, sufrieron actos de tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y violaciones flagrantes a sus derechos humanos.
Pero lo grave, después de la espera de esos treinta años para conocer “la verdad de los hechos políticos” del periodo de la “Guerra Sucia”, es que la nueva determinación del Archivo General de la Nación, amplía el periodo que ocultó la información “por razones de estado” y por considerarlos “datos sensibles”, pasando de 30 a 70 años de secrecía gubernamental. De pena ajena se califica el criterio de los responsables del CISEN, por fundar esa determinación en que de darse a conocer los expedientes, saldrían a la luz “datos sensibles” que incluyen la preferencia sexual, la ideología política, la militancia y la vinculación con funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Gobernación.
Ya transcurrió media centuria, desde que la Dirección Federal de Seguridad en tiempos del ex director Miguel Nazar Haro y su segundo de abordo José Salomón Tanus, fueron acusados de ser responsables de la desaparición del expediente del guerrillero Lucio Cabañas; por solo citar como ejemplo al guerrillero responsable del secuestro del ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa Alcocer. Y lo mismo se afirma de la desaparición de archivos importantes para justificar el trabajo, de la Policia Política, desde los tiempos de su titular Fernando Gutiérrez Barrios; de Javier García Paniagua; Miguel Nazar Haro y José Antonio Zorrilla Pérez; éste último, impulsor de Jorge Carrillo Olea, a quien se le atribuye notable influencia para definir la dependencia del gobierno, convertida en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
El gobierno que preside el licenciado Enrique Peña Nieto, seguro debe haber fortalecido a través del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, el control del CISEN; y sin duda, para la definición y destape del próximo candidato del PRI a la presidencia de la república, la información del CISEN, será fundamental para que el Tlatoani de los Pinos, no se equivoque al actuar como Fiel de la Balanza. La pérdida de control del CISEN; así como la falta de confiabilidad en su información seria desastrosa para el inquilino de los Pinos y el candidato tricolor, por la derrota que sufriría el candidato o candidata de los Pinos, como ya sucedió en el año 2000 y en 2006.