El filósofo, intelectual, educador y político Alfonso Reyes, escribió hace 75 años (1944) a petición del Secretario de Educación, don Jaime Torres Bodet, la Cartilla Moral para difundir en la población el conjunto de valores éticos y morales, que para muchos eran desconocidos y para otros eran burlados con plena conciencia. Alfonso Reyes estudió la carrera de leyes, en la escuela nacional de jurisprudencia y se graduó en 1913; formó parte del grupo de intelectuales llamado “ateneo de la juventud”.
Sirvió como embajador en Argentina, Brasil y Francia, así como encargado de negocios en España; habiendo recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1945. Falleció por problemas cardiacos en diciembre de 1959. La intención del presidente Andrés Manuel López Obrador, al ordenar la impresión y distribución de la cartilla moral aludida, es poner al alcance de la mayoría de la población, un documento que le sirva para establecer un diálogo con la familia y amigos, sobre la moral, ética y valores para construir una sociedad mejor. Afirma López Obrador, que la decadencia social de hoy, es producto de la corrupción y de la falta de oportunidades, de empleo y satisfactores básicos.
Aunque el camino está lleno de buenas intenciones, AMLO confió para distribuir la cartilla en los maestros, en la iglesia católica y evangélicas; lo malo es que como reza la frase atribuida a Don Quijote de la Mancha: “Sancho con la iglesia hemos topado”. El obispo auxiliar de Monterrey Alfonso Miranda, secretario general del episcopado mexicano, se niega a contribuir con el programa, pues argumenta que: “nosotros tratamos otros temas”; agrega que la iglesia católica tiene planes diferentes, puesto que su proyecto es pastoral y atiende prioritaria mente a los jóvenes, al clero, migrantes y protección de menores (sic).
Sin embargo el secretario del episcopado afirmó que trabaja en la construcción de la Paz, suscribiendo acuerdos con el presidente López obrador y la Secretaria de Gobernación. Ya es tiempo de que la cartilla moral circule profusamente, para cumplir la palabra presidencial, por que hasta hoy, solo por internet se puede conseguir y no vaya a ser, que como tantas ediciones del congreso de la unión y del gobierno, se queden “embodegadas” para eternas memorias.
Las Iglesias Evangélicas sin embargo, han expresado su disposición para trabajar en esta tarea que se auto impuso el Gobierno Federal.
