Donald Trump, no tiene experiencia, ni oficio político

A puro ensayo y error.

A falta de un “Plan de trabajo” que podrían haber diseñado expertos en política interior y en relaciones internacionales y comportamiento diplomático; Donald Trump, presidente de los Estados Únicos de Norteamérica, la nación más rica y poderosa del planeta, pareciera que desde que llegó a la Casa Blanca, inicia todos los días su desayuno, con “ciento cuarenta caracteres” a través de su cuenta de Twitter, golpeando tan fuerte a los inmigrantes ilegales y a los vecinos del sur, quienes a base de estoicismo y coraje, han resistido lo que va de este año, sin capacidad de respuesta para quien sólo se ha dedicado a agraviarlos, a separarlos de sus familias mediante las deportaciones masivas y traicioneras, que no permiten el mínimo respeto para los derechos humanos de las victimas del moderno “Hitler” estadounidense.

Quienes conocen la biografía de Trump, lo han equiparado al legendario Rey Midas, puesto que la fortuna multimillonaria que posee, se cuenta que es producto de sus negocios comerciales e inmobiliarios, que comenzó con el capital que le heredó su padre Fred Trump. Por cierto que durante la administración del expresidente Richard Nixon, Donald y su padre explotaban al máximo sus bienes raíces destinados a producir el pago de rentas, y desde entonces, los Trump (padre e hijo) solo querían como inquilinos a personas de color blanco y de entre ellas preferían a “judíos” o a ejecutivos, pero nunca a personas de color negro o de origen latino.

El racismo de los Trump, se remonta al año 1973, en que el Departamento de Justicia intervino, para poner fin al racismo de la familia de Donald, mediante la implementación de una estrategia con “inquilinos simulados” que eran miembros del ejército norteamericano, y preparados para registrar el rechazo a sus solicitudes de inmuebles en renta, se pudo acreditar y tener por probadas las preferencias discriminatorias y racistas de los millonarios Trump. Al parecer Fred Trump, fue acusado de “provocador de odio racial” y de pertenecer y actuar dentro de la organización del Ku Klux Klan desde el año de 1927. Desde siempre, a Donald Trump se le ha vinculado a linchamientos contra personas de color, y su fobia contra mexicanos y latinos, ha encontrado cause y expresión beligerante ahora con el ejercicio de su nuevo encargo presidencial.

El protagonismo y la impresindibilidad que pierden a Donald Trump, ocasionará que los avances en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio se conozcan hasta que pasen por las manos y la firma del presidente norteamericano, puesto que por ningún motivo va a dejar en manos de algún colaborador, que históricamente aparezca otro nombre en el lugar que le corresponde junto a Canadá y Mexico. Aunque por ahora trabajen y detallen los apartados que conforman el TLCAN, la canciller canadiense Christina Freeland, y el secretario de Economía de Mexico Ildefonso Guajardo, en la búsqueda del acuerdo “constructivo y productivo”.

En el año de 1991 se iniciaron las negociaciones del TLCAN, que fue suscrito, por Brian Mulroney, Primer Ministro Canadiense, George H. W. Bush Presidente de Estados Unidos de Norteamérica y Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México, “en el mes de diciembre del año de 1992”, y entró en vigor a partir del primero de enero de 1994, con lo que culminaban así 389 reuniones de trabajo, en donde se establecían las reglas para el comercio internacional y la inversión entre Canadá, Estados Unidos y México.

Y como al parecer, a Donald Trump, le encanta complicar su trabajo y ser noticia periodística del diario, aunque nunca ha ocultado su desprecio por los medios de comunicación; encabeza las declaraciones y boletines generados por la lucha entre norteamericanos “blancos y negros”, con un saldo de heridos y arrestados por la supremacía de los blancos y la discriminación rancia que siempre ha existido en el Sur de los Estados Unidos, correspondiéndole a la Ciudad de Charlottesville en el estado de Virginia. La tensión entre los beligerantes subió de tono, cuando un automovilista echo su carro contra los manifestantes y dejó un saldo de heridos graves y leves, pero sin defunciones hasta hoy.

Y como para completar el cóctel de ingobernabilidad que más le gusta al constructor del “muro de la ignominia”, continúan las renuncias forzosas y voluntarias, de los miembros del equipo gobernante de Trump, pues van Cinco Asesores de Primer nivel, los que con renuncia en mano se han retirado del Magnate inmobiliario, metido a político improvisado y protagónico, partidario del ensayo y error que pronto pagará con creces el pueblo norteamericano.