El amor de papá

En otras emisiones hemos comentado de la gran responsabilidad de ser padres, considerando que ésta es la más alta, altísima responsabilidad que Dios puede darnos como varones. Considerando que somos doblemente responsables, por un lado de nuestra vida personal y por otro, de la vida de nuestros hijos.
En esta ocasión, quiero hablar del cambio de vida que significa convertirse en papá, de cómo es posible tener una vida diferente, una manera de pensar diferente, un sentido de la vida completamente diferente. Me parece increíble cómo afecta, para bien, el hecho de tener el enorme privilegio de la paternidad. Recuerdo perfectamente el día del nacimiento de mis hijos, los nervios, la emoción contenida, la felicidad, pero sobre todo, el amor tan inmenso que se siente a partir de ese instante. Al mismo tiempo, se empieza a asimilar el compromiso, la responsabilidad, es un momento que nos hace madurar en segundos. Es tan maravilloso el cambio, que parece como si nos cambiaran el chip, por uno diferente, en el que casi todos los pensamientos giran en relación a los hijos, y jamás se deja de pensar en ellos.
Es tan fuerte el amor de papá que va creciendo día a día, que en ocasiones puede ser desmesurado e irresponsable, me refiero, a que la educación, la alimentación, los juegos, los cuidados de los hijos, son distintos cuando están con la mamá que cuando están con el papá; por ejemplo, las mamás procuran una alimentación sana, balanceada, nutritiva, el papá muchas veces no lo considera tanto así, dejándolos que coman lo que quieran e incluso hasta saturarlos de azúcar o harina. También, con la mamá los juegos son tranquilos, seguros, fuera de peligro, con el papá, los juegos son intensos, un poco más bruscos, como volar por el cielo, una buena pelea de lucha libre.
Los lazos de amor entre padres e hijos son muy fuertes, se empiezan a formar desde el embarazo, porque, a pesar de que Dios les dio a las mujeres el privilegio de la maternidad; un hijo empieza a crecer en el vientre de su madre y con ello su amor por él, de igual forma, un hijo comienza a crecer en el corazón de padre quien lo espera con todo el amor para juntos criarlos, educarlos, cuidarlos y guiarlos.
El amor de papá por los hijos, nos inspira, nos alienta, motiva, casi obliga a ser mejores personas, tratando todo el tiempo de ser ejemplo para ellos, cambiando constantemente nuestra manera de pensar, de hablar, de actuar, todo con la intención de darles todo el amor posible desde el corazón, para ello necesitamos la guía y el consejo de Dios, para que nuestro corazón saque lo mejor de nosotros como dice el libro de Lucas capítulo 6 versículo 45: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno…”
Felicidades a todos los papás en su día, Dios les conceda la sabiduría para educar a sus hijos y los llene de su amor para poder amarlos con todo el corazón.