El chico de humo

“Ahora no es el momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que sí tienes”. (Ernest Hemingway).
No sé cuándo ni de qué voy a morir; quizás de un infarto, un accidente automovilístico, de la progresiva violencia, de la fatal pobreza, de aburrimiento o depresión, vaya usted a saber. Pero lo cierto es que sufro por la imprudencia y estupidez humana, en muchos sentidos. En este caso, por la inconsciencia de mis coterráneos por no tomar las debidas precauciones para cuidarse del coronavirus, cuyas infamias son usadas por nuestros políticos y autoridades para tapar otras enfermedades provocadas por nosotros mismos y que son “olvidadas”. Ahí está el cáncer, el SIDA y los segundos de pendejez que muchas veces se prolongan de por vida o por sexenios. Ni qué hablar de las desgracias vomitadas, por harta que está, de la naturaleza. Se diría que todo infortunio es bienvenido por los gobiernos, pos hay que mantener el poder, a toda costa, incluso engañando, mintiendo, difamando, carcajeándose de los que no saben del asunto ni tienen con qué de defenderse. La ignorancia es excelente aliada del poder, sea cual sea éste.
En un mundo volátil, repleto de futilidades donde la mayoría nomás sobrevivimos, es fácil crear distractores –aunque siempre se ha hecho-, porque al pueblo le basta circo, maroma y teatro; más preciso: pan y circo, pero en estos tiempos sólo circo y teatro porque muchos se están muriendo de hambre y luego exigimos que se cuiden de las enfermedades, “fuchi” a la comida chatarra, pero de dónde, compadre, si ya no alcanza la canasta básica que dizque regalan. El horno no está para bollos, cierto. Así que mejor, ¿qué tal las cortinas de humo?, ¿o las cajas chinas? Como la canción de Emmanuel, “La chica de humo”:
“Ah, me entiende
Me tantea
Ah, ah se enciende
Coquetea
Se evapora.
Y yo qué sé dónde va, dónde vive
Y todo está mal
Y siempre es igual
Y yo qué sé, que no soy detective
La paso fatal
Mi chica de humo
Mi chica de humo”.

En este caso, sería el chico de humo. Amlo parece que lo hace bien, puesto que lo aprendió muy bien. Ustedes saben por qué. Y no es de ahorita, simplemente que los papeles se intercambian, los protagonistas son otros. No es lo mismo, pero es igual.
Por ahí leí que todos además de seres humanos, hoy somos seres humados; lo que mata no es la humedad, es el humo. ¿Y si aprovechamos y ahumamos algo? Quizás un lindo gatito o varias ratas…
Élmer dice: “Si el gobierno tiene un plan, es un plan muy suave, que no responde a la realidad. Algo ha faltado, porque todos los movimientos espectaculares y mediáticos que ha habido, sobre todo con la creación de la Guardia Nacional, no se han notado con los niveles de violencia, cada vez más fuerte y, en ese aspecto, diría que las bandas han crecido, le han faltado al respeto a la autoridad, como lo podemos ver con el atentado a (Omar) García Harfuch.”
Élmer dice: “No creo que cambiemos mucho. México es un país de gente acostumbrada a perder, pero también estamos preparados para enfrentar la adversidad. Creo que tenemos un gen que nos incita a enfrentarnos a la adversidad y buscarle de todas las maneras posibles: eso tiene que ver con la idea de que los mexicanos, con un clip son capaces de volar una nave espacial. Creo que todo el pueblo de México va a salir trabajando, los artistas se van a reponer: lo único que están pidiendo son apoyos mínimos.
“La pandemia es muy extraña: no podemos meterla en un espectro fijo, porque el virus muta, a algunos los afecta de una manera, a otros los daña hasta morir; en este momento todos tenemos que buscar información para enfrentarla con éxito y debemos salir muy fortalecidos y eso podría hacer un cambio en la percepción de sí mismo del mexicano. Los que podamos salir de esta nos vamos a sentir muy bien.”
Élmer dice: “A más de cuatro meses de confinamiento, todos tenemos aprendizajes. Algunos terribles, porque la naturaleza de cada quien es variable. Algunos de mis colegas extrañan las giras. Yo me siento muy bien, me la estoy pasado a gusto. Tenía un año brutal: cuatro viajes a Europa, dos a Sudamérica… me salvé, pero tenemos que esperar a ver cómo nos afecta; a los artistas escénicos les gusta el contacto con el público, la transpiración, pero los que somos creadores más clásicos, mientras estemos en nuestros estudios vamos a estar más tranquilos. En general, buena parte de la población está mostrando el carácter, no se da por vencida: tiene que salir con más ánimo, para al menos tener el orgullo de no haber caído.” (milenio.com, 29-07-20). Sí, es el escritor Élmer Mendoza, con varios títulos de novelas como El amante de Janis Joplin, Efecto Tequila, Balas de plata, entre otras. Se las recomiendo.
Los días y los temas
Situación controversial: “Sí al aborto” vs. “No al aborto”. Les dejo unas palabras del texto “Octomamá y el mercado de bebés”, de Mark Greif, publicado en su libro Contra todo. Cómo vivir en tiempos deshonestos: “La incesante atención que se presta ahora al sagrado feto, el bebé salvado (y salvador) que puede rescatarse de la no existencia –sin tener para nada en cuenta los recursos de los padres, la familia en la que nacerá ni cómo será probablemente su vida-, ha convertido a los bebés, en cuanto bebés, en algo con un valor y un interés adicional, aun cuando sus padres sean adolescentes y pobres”.
Sigamos pensando, sintiendo, sufriendo, viviendo, muriéndonos… Cada quien. ¿Y dónde está el hijo de su chingada que metió… la pata?
De cinismo y anexas
Sobre la práctica del periodismo, el periodista y escritor Amin Maalouf expresa: “Los desafíos a los que tiene que hacer frente el periodismo son inmensos. No me atrevo a comparar lo que tenemos ahora con lo que viví con mis padres, cuando tenía cuatro o cinco años. Es un universo en donde todo ha cambiado. Pero el periodismo conserva una función esencial, más importante que en el pasado, sobre todo por el acceso infinito que tenemos a las fuentes de información. Una infinidad de fuentes que nos llegan en desorden y en donde falta una evaluación y una jerarquización. Este es el rol que tiene en la actualidad el periodismo: organizar ese flujo. En este sentido el periodismo es irremplazable. Ya no se trata de dar a los lectores información, porque la información les va a seguir llegando, sino de organizar y jerarquizar para que la información pueda llegar bien. El periodismo ha cambiado de naturaleza en comparación con el pasado.” (letraslibres.com, 01-07-20).
Ahí se ven.