El líder para no dejar de serlo, debe escuchar la voz de la experiencia

Ahora que el Presidente López Obrador, se encuentra en la cúspide del “pinche poder” (como decía el Maestro F.H.B.) Andrés Manuel, no oculta su confianza en el equipo de gobierno que integró, mayoritariamente por profesionistas de gran preparación y experiencia; también cuenta con otros colaboradores jóvenes, que aprovechan todas las oportunidades que se presentan, para “grillarlos” como se acostumbraba en el viejo sistema político mexicano, utilizando la denostación y la calumnia.
El oportunismo y la lambisconería indigna, han sido las principales armas de quienes acostumbran el arribismo sin convicciones, pues desde la obscuridad y bajo el único método que conocen de intrigar, propinando golpes bajos, para ocupar la silla de quienes no se distraen en la politiquería, mientras los arribistas logran el sueño acariciado de “quítate tú, para ponerme yo”, sin la mínima lealtad para aquellos que los presentaron y recomendaron con el jefe.
Hoy con el pretexto de evitar el contagio de Covid- 19, fuentes oficiales del gobierno y particularmente de la oficina de algún alto funcionario federal, que sueña con ser Gobernador, filtró a la prensa lo siguiente: “tanto los adultos mayores de 60 años que trabajan para el gobierno y aquellos que rebasan los 65 años que forman parte del sector privado”, deberían separarse, de manera temporal o definitiva, de las responsabilidades públicas y privadas que desempeñan.
Se recomienda por tanto, mandarlos a cumplir la CUARENTENA, previa desocupación de oficinas de aquellos que se encuentran en esa circunstancia, por si acaso ya no quisieran o no pudieran retornar a cumplir sus funciones de primer nivel, que vienen ocupando hasta hoy.
De aspirantes y suspirantes está repleto el mundo político conformado en este país, por los que trabajan en las dependencias de la Federación, Entidades federativas y Municipios, que son los que por ahora mandan en toda la burocracia y pertenecen al Partido político denominado MORENA, quienes ya han cerrado sus filas y jurado ante sus correligionarios, que aquellos que provengan del PRI, PAN, PRD y sus satélites, no pasarán.
Correrán la misma suerte que quienes tienen sesenta años cumplidos; salvo desde luego, aquellos que ordene el “líder” y gran “Tlatoani” del Palacio Nacional AMLO. No olvidar que en política, como en todo, “el que manda: manda”, y si se equivoca, vuelve a mandar.