El PAN y los antorchistas de Xalapa

La desesperación es una pésima consejera que susurra dulces ideas que generalmente concluyen en catástrofes. Ocho años después dejar el poder, el Partido Acción Nacional, sin militancia, a punto de perder las pocas gubernaturas que le quedan, sin recursos, disminuido, chiquito, ya no le importa aliarse con quien sea con tal de volver a la cima de la plenitud del pinche poder, como dijera el Tío Fide, y en la mira tienen a las otroras estructuras priistas como Antorcha, ahora buscando amo que mantenga sus privilegios.
Ahora con la emergencia por el nuevo coronavirus, el COVID-19, y las terribles consecuencias económicas que afectarán primero y sobre todo a los más pobres, los aspirantes a una candidatura están desatados repartiendo despensas con el pretexto de “apoyar a las familias”, las cuales por supuesto les valen 3 kilómetros de… no les importan, pues.
Y rayan en lo ridículo, deshonesto, inmoral y hasta en lo ilegal, promoviendo su imagen en una clara y descarada campaña electoral, lo que debería llamar la atención del adormilado OPLE, que ya debería despabilarse y hacer un llamado e incluso apercibimiento a los partidos políticos para que calmen a sus huestes de suspirantes.
Por ejemplo, el diputado Omar Miranda, del grupo del líder panista Joaquín Guzmán, quien ya destronó a Sergio Hernández en su intentona por sentarse en la silla municipal xalapeña, por cierto, con una jugada magistral: filtró en redes su intentona por despojar de una casa a una octagenaria para hacer una nueva Casa de Enlace, lo que vino fue la pesadilla para Sergio, y más tarde, vino un golpe en la mesa del Chapito y hasta volvieron a ser una sola bancada.
Omarcito, como le dicen, está desesperado, al parecer las últimas encuestas le confirmaron lo que es obvio desde siempre: nadie lo conoce, a nadie le importa quién es, no tiene oportunidad ante Morena, sobre todo si lanzan a un candidato de unidad; desde hace meses hace conferencias de prensa, sube videos, y ahora, a su brillante equipo se le ocurrió repartir despensas, y subir videos de personas beneficiadas con mensajes como: “Es el único que nos apoya”.
El problema, es que una de esas señoras, según nos comentan, es una integrante de Antorcha Campesina, liderada en la capital del Veracruz por Minerva Salcedo, quien enfrentó con todas las fuerzas que le quedaron a Hipólito Rodríguez en 2018, pero se acabaron los recursos, y sin apoyo del PRI y aliados, se fue debilitando y perdiendo fuerza. Movilizar a las personas cuesta, y cuesta mucho.
En estos momentos una de las tácticas de Antorcha es tratar de acaparar las despensas para sus agremiados, en esta coyuntura, nos dicen que el equipo del diputado panista Omar Miranda está en pláticas con la organización para recibir su apoyo en las próximas elecciones donde se renovará presidencias municipales y los congresos locales así como las gubernaturas que aún conserva Acción Nacional.
Al parecer, Antorcha habría ofrecido la todavía “fuerza territorial” que tiene en la capital veracruzana, con tal de volver a ganar presencia ante sus agremiados que ya no reciben nada, y Omar Miranda, que de verdad no tiene nada qué perder, habría aceptado la alianza que nunca será pública.
El PAN vuelve a sus orígenes de oposición, y justamente pongo de portada un caricatura de 1996 de nuestro gran monero xalapeño Patricio, que me hizo pensar que, al parecer, los panistas se han olvidado de su propia historia. Ni hablar, si juegas con fuego, lo más seguro es que resultes quemado, y los azules están jugando con lava.
ATANASIO HERNÁNDEZ