Muy calladitos se quedaron todos los “pejelovers” luego del anuncio de su líder máximo, Andrés Manuel López Obrador, de que su acto de cierre de campaña será ni más ni menos que en el monumental Estadio Azteca.
Por si alguien no está enterado, el llamado “coloso de Santa Úrsula” es propiedad de la empresa Televisa. Sí, la misma que según el propio “Peje” hace seis años “impuso” como presidente a Enrique Peña Nieto, y por consiguiente, forma parte de la “mafia del poder”.
O mejor dicho, formaba parte. Desde que López Obrador fue invitado al programa Tercer Grado, en el que el trato que recibió de parte de los periodistas que lo “entrevistaron” fue “blandito”, sin contravenirlo mucho ni hacerlo enojar, para muchos fue claro que Televisa se había puesto la camiseta del “Peje”, ante la posibilidad de que gane las elecciones presidenciales.
Lejos quedaron los días en los que Andrés Manuel acusaba “cercos informativos” y sus fans le atizaban con todo a la empresa de Emilio Azcárraga. Ahora, podrán ver sin pena “La Rosa de Guadalupe”, no tendrán que esconder con vergüenza que le van al América y que les gusta el “idiotizante” futbol soccer, y hasta tendrán chance de cantar a voz en cuello las canciones de los grupitos y estrellitas pop del momento, como Belinda, quien hace semanas declaró su “pejelove”.
¿Y la congruencia? ¿Y los principios? ¡Eso qué! ¡Es el poder!
