“El permiso para el 9”

¿Sabes si van a autorizar el día 9?– Pregunta una amiga en el trabajo, con relación a que muchas empresas, dependencias, universidades, organismos públicos y privados han dado su apoyo para que las mujeres se queden en casa el próximo lunes. De inmediato respondo: “¿Por qué nos tienen que dar permiso?” Y pongo mi cara de no entiendo eso. Otra amiga responde: “el movimiento del día 9 es para concientizar a la sociedad de lo que sucedería si desapareces. Para que vean que no estás en tu lugar de trabajo, en la plaza, en la calle; simplemente es el símbolo de lo que sería si estuvieras desaparecida, el espacio que ocupas normalmente está vacío, como ha pasado con muchas mujeres actualmente”.
En realidad, el movimiento del día 9 de marzo #ParoNacionalDeMujeres #El9NingunaSeMueve, promovido por la colectiva feminista veracruzana Brujas del Mar ha tenido muchas acepciones, desde la aberrante idea de tacharlas de golpistas por hombres y por mujeres ¡sí, por mujeres!, que defienden colores e ideologías partidistas, cuando nada tiene que ver eso; ¿acaso no ven el aumento en la violencia feminicida en el país?, hasta como el que algunos varones relacionen el paro con la película Un Día Sin Mexicanos y se imaginen ¡qué harían ellos sin las mujeres! ¡Por Dios! El movimiento es más que eso, ¡y no! desde mi opinión ¡No necesitamos permiso para demostrar el hartazgo que tenemos las mujeres de que nos violenten, desaparezcan, nos maten!
Ayer mismo un amigo me compartía un video que me indignó, encabronó y me hizo pensar en la necesidad que tenemos nosotras de unirnos sin ideologías, sin colores, sin partidos, tan solo por el hartazgo de la violencia que viven millones de mujeres en el país. La grabación de dos minutos nueve segundos muestra la combinación de machismo e impunidad que se vive en México. Sucedió en Chihuahua, en un negocio de los conocidos como dispendios de cervezas. El hombre vestido de sudadera negra y gorra se acerca al mostrador para supuestamente pagar. La mujer que le atiende espera que le pague, pues observa que se busca en las bolsas. Acto seguido el hombre entra detrás del mostrador hasta ella, mientras ella extiende los brazos para poner distancia y evitar que se le acerque. Sin embargo, él la jalonea, la somete sujetándola por detrás; la tira y la lleva a rastras; apenas, unos metros adelante, detrás de un muro se baja los pantalones y la viola. ¿Acaso las mujeres no tenemos derecho de estar tranquilas y seguras en nuestro lugar de trabajo?
Seguimos en la discusión sobre el permiso del día 9 y mi amiga pregunta: “Pero… ¿si nos descuentan?” –¡Pues que nos descuenten! ¡Yo no vengo!– Les digo. Me vuelve a decir: “¿Pero has pensado en las mujeres que tienen hijos y que apenas llevan a su casa el sustento diario?” –Precisamente en ellas pienso. Prefiero que me descuenten el día a que me maten.
Seguramente para algunos hombres o algunas mujeres puede parecer que soy alarmista, exagerada mi manera de pensar, pero ¿qué me hace inmune a la violencia feminicida o a una desaparición forzada?
La misma colectiva después de su iniciativa del Paro del Día 9, ha denunciado en sus redes sociales amenazas contra sus integrantes y hasta bloqueos en sus redes sociales. Tristemente demuestra el machismo permanente en el país su preocupación a ser desafiado.
¡Algo importante! –Dice mi otra amiga– si te quedas en casa no quiere decir que estés en las redes sociales compartiendo o dando like a cualquier publicación, tampoco que andes paseando en la plaza o de compras.
La otra contesta: “¡habrá mujeres que sí lo hagan! ¡Que vayan a trabajar o trabajen en su casa!”. Definitivamente, le contesto, como habrá también quien saque fotos de esas mujeres y digan “¡Miren, hay mujeres que no están de acuerdo con el Paro! ¡Miren, hay mujeres trabajando, ésas no son webonas escudándose como feministas! ¡Miren, su movimiento no funcionó!”
Claro que habrá eso y más, pero tenemos que empezar ya, no importa el número que seamos ahora… poco a poco iremos sumando más y más…
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