El PRI busca mujer

Bueno, realmente buscar, como quien dice buscar, quizás no tanto… es que con la separación del Revolucionario Institucional de la Paloma del Sur, Regina Vázquez Saut, dejó un cargo que realmente parecía que era puro adorno en dicho partido: la secretaría general.

Claro que la actuación (o más bien pasividad) de Regina Vázquez como secretaria general del PRI estatal no es sólo de su parte, igual participación hubo tanto del dirigente estatal (sea Amadeo Flores o Renato Alarcón) como de la misma militancia y demás actores de peso que permitieron la ociosidad de la Paloma.

Es imposible juzgar a una sin que uno vea responsabilidad total en los otros… al final, se pudiera decir que el PRI estatal tuvo a la secretaria general que mereció.

Ahora, hay un espacio vacío, un hueco, que bien podría ser ocupado, no por una mujer, sino por una priísta que entienda los retos a enfrentar en estos momentos en que el partido es oposición y ya se barajan algunos nombres que en sí, resultan harto interesantes y acá los pongo, no porque yo lo diga, sino es porque así suenan: Lilian Zepahua, Guadalupe Porras, Denisse Uribe Obregón, Elena Córdova Molina y Lorena Piñón.

Cada una de ellas debe tener algo para ser considerada por la militancia priista pero desde fuera del PRI es así como uno las observa:

Lilian Zepahua: Hija de un priísta considerado en la zona de Zongolica como cacique, lo que haría mella en su cargo pues se vería más favorecida por el apellido que por tener méritos propios para asumirlo.

Guadalupe Porras: Ex dirigente de la CNOP, suegra de Marcos Theurel Cotero y de Juan Gabriel Fernández Garibay. Una de las egresadas de la Facultad de Derecho de la UV, con promedio excelente; no sé si de la generación de Héctor o de Miguel Ángel Yunes. Su hijo ha sido diputado local y Lupita, la esposa de Theurel, a punto estuvo de ser lanzada a candidata a la alcaldía de Coatza. La ex alcaldesa de Mina tuvo serios señalamientos a su administración y tiene como “enemiga natural” a La Potra Isabel Morales Aguirre, quien se le fue directo a la yugular cuando pretendían imponer a Lupe Porras como “Magistrada de la Sala Anticorrupción”.

Denisse Uribe Obregón: Cuasi paisana de Acayucan, que si bien, podríamos decir que tiene una carrera política sin mácula, y de no ser porque cupo la prudencia en alguien, pudo haber tenido un enorme desliz cuando allá por el 2014, un febrero, cuando era titular de la Fundación Colosio, tuvo la gran idea de hacer un libro sobre la trayectoria personal y política del entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa. La información al respecto decía algo así: “Sin duda será todo un acontecimiento, pues el sexenio del joven gobernante ha destacado en muchos ámbitos y especialmente ha tenido que enfrentar al toro por los cuernos en temas difíciles, lo que sin duda es necesario que quede plasmado en un testigo, para las próximas generaciones, sobre las adversidades, pero sobre todo los triunfos, que Duarte ha logrado en su gobierno”.

¿Se imaginan si lo hubiera hecho? Bueno, pero fuera de todo esto, se supone que por escalafón, subiría en automático Denisse a la secretaría general…

Elena Córdova Molina: Joven, con trayectoria en ascenso, tanto, que su última participación en el PRI estatal estuvo representando a su partido, pero de parte del nacional. Si bien hay quien la encasilla en un “hectorismo” hay también quienes la vinculan como cenecista al participar con Juan Carlos Molina Palacios, pero pues todo indica que ni lo uno ni lo otro, porque sin requerir de ninguno de los dos, es de las pocas mujeres jóvenes que participan en el Gobierno federal junto con Anilú Ingram, Iraís Morales y Elizabeth Morales. Está en Sagarpa.

Lorena Piñón: Si hay alguien a quien Renato Alarcón Guevara le debe la dirigencia (de manera indirecta, claro), es a Lorena, quien antes de que surgiera el “ala crítica” del PRI, fue la primera en alzar la voz demandando que se aplicara el reglamento, ley y congruencia al interior de su partido. Podemos decir que ella “tumbó” a Amadeo Flores Espinosa. Aguerrida, tozuda, pero a la vez, con argumentos, quizás junto con Elena Córdova y en una de ésas, hasta Denisse, pudieran ser esa secretaria general que el PRI no tuvo durante el tiempo que la Paloma calentó el nido.

Por supuesto, como lo citamos con Córdova Molina, es seguro que ninguna de las cinco mujeres citadas, escape de un “ismo” con o sin razón.

Han de disculpar, pero omito a Marilda Aguirre Rodríguez, por prudencia y en espera de que la secretaría general del PRI la ocupe una priísta que realmente quiera hacer algo por su partido.

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