El PRI tendrá que sacar polvos de aquellos lodos o renacer de sus cenizas, con una nueva estrategia política

El desideratum del PRI al llegar a su nonagésimo aniversario, será enfrentar y vencer el rechazo del pueblo que tradicionalmente se había volcado en los procesos electorales por el voto tricolor. Y reinventarse con nuevas estrategias electorales para superar los retos que el cambio de sistema le impone, con la llegada de la izquierda al Palacio Nacional.

Por las malas experiencias que resultaron del “dedazo”, la imposición de los cuadros dirigentes y candidatos a puestos de elección popular, resulta obligado el cambio de estrategias para enfrentar la elección intermedia, que tendrá lugar dentro de dos años y el objetivo del PRI debe ser ganar el mayor número de curules en los 300 distritos uninominales, y al mismo tiempo ampliar el ingreso de diputados plurinominales del tricolor, con miras a la próxima elección presidencial de 2024.

No hay que olvidar la gran decepción de los mexicanos, ante la rapiña con que actuaron los gobernadores del nuevo PRI y la bancarrota que padecen la Federación y Entidades Federativas, por ese saqueo que ha significado recortes en el financiamiento de programas de educación, salud, vivienda, alimentación y empleo. El nuevo perfil de militantes y dirigentes del PRI, debe llevar como carta de presentación la honestidad, el amor a la patria y el respeto a los Derechos Humanos y a la dignidad de las personas.

El centralismo sostenido por él corporativismo, ha pasado de moda y se ha demostrado que el poder absoluto corrompe, contamina y destruye a la clase política. Y lo mismo se puede afirmar de la tecnocracia y el neoliberalismo, pues en gran parte esas corrientes políticas son culpables de la pobreza, el desempleo y la marginación social de la mitad de los mexicanos en estado de pobreza.

Dos oportunidades perdió el PAN, con Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, este último campeón del desempleo y de la fallida y sangrienta guerra contra las drogas. La izquierda que representa MORENA, enfrentará su prueba de fuego, en función de los resultados del gobierno del Lic. Andrés Manuel López Obrador.

Lo bueno para el PRI, es que no ha dado inicio la 4ª Transformación, y ya comienzan a extrañar al gobierno de Peña Nieto, pues la verdadera historia del gobierno del expresidente apenas está por escribirse, cuando termine la recapitulación de los daños a la economía nacional y a la estabilidad social que le señalan los MORENOS..