El que quiera Hacienda, que le entienda

Por lo pronto, la 4T ya no va en caballo de Hacienda

La dimisión de Carlos Urzúa como secretario de Hacienda, es otro traspié del gobierno de la 4T. Por más que se diga que todo va requetebién, las cosas no están saliendo.

Cuando Germán Martínez renunció a la dirección del IMSS, señaló que: “existe una ‘injerencia perniciosa’ de algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda”. Como es usual, AMLO lo descalificó.

Lo curioso, es que el antaño acusado, Urzúa, acabó coincidiendo con don Germán al decir: “discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”. Agrega: “me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”.

O sea, que en buen castellano, la política económica es un desmadre.

Nadie en su sano juicio, puede alegar que las estrategias previas funcionaban, el brutal número de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema así lo demuestran.

Lo grave, es que el mentado cambio no tiene pies ni cabeza, el mandatario piensa que sus decisiones, al ser moralmente correctas, en automático serán eficaces. Suposición falaz.

Aterra creer que ‘el no entienden que no entienden’, haya tomado carta de naturalización.