El tiempo transcurre en contra de AMLO y favorece a sus contendientes

Sin ser monedita de oro, su seudónimo de “El Bronco” define la personalidad del áspero candidato presidencial Jaime Rodríguez quien apenas aprobaba su incorporación a la boleta electoral por TEPJF y aún existiendo contrariedad entre los consejeros del INE, el candidato sin partido, ya lanzó el reto al que se ufana con 80 días de anticipación a la elección, como el ganador indiscutible para llegar a Los Pinos en este intento que el tabasqueño define como “la tercera es la vencida”; aunque sus opositores opinan que será la tercera y última derrota para él.
Lo primero que expresó El Bronco a AMLO, es un exhorto a que no se inquiete por su incorporación a la campaña por el Trono Imperial, puesto que debe dejar que cada quien haga su trabajo, aprovechó para desenmascarar al propio AMLO como el representante de “La Mafia del Poder”, ya que el de Morena ha venido haciendo creer a sus seguidores que el Gran Jefe de dicha organización es Carlos Salinas, cuando en verdad es él.
La actitud de El Bronco, fue como respuesta al comentario de López Obrador, respecto al fallo del TEPJF, pues acusado de haber presentado apoyos falsos, aún así, El Bronco obtuvo la candidatura, lo que significó para el tabasqueño, algo que “tiene mucha miga”. Y no se midió el lider de Morena al acusar al Presidente Peña Nieto, de haber ordenado validar la candidatura de Jaime Rodríguez, para restarle votos.
Todavía El Bronco le insistió al de Morena que no se preocupara por él, ya que afirmó “no ser palero de nadie” y que su reciente incorporación a la carrera presidencial, la aprovecharía para “hacer su chamba”; por lo que insistió a AMLO en que no debía dejarse llevar por su enojo en detrimento de su hígado y finalmente, remató El Bronco advirtiéndole “no eres santo; así que tranquilo; esto es una competencia, échale ganas. Saludos”. Lo que desde luego debe haber derramado la bilis del candidato de Morena.
La travesía de AMLO, para arribar a buen puerto, todavía está lejana y su tripulación a bordo se le revela por las candidaturas de nefastos personajes salidos de otros partidos y convertidos en plurinominales de Morena , lo que ha generado también que se distraiga en tratar de controlar su barco en vez de avanzar hacia la meta, como lo hizo en un principio. Los vendavales en altamar, son a veces tan fuertes como los vendavales políticos y hacen que los barcos se hundan, aún en contra de la tenacidad del capitán de la nave.