En el país del desencanto

“Usted que es una persona adulta

-y por lo tanto-

sensata, madura, razonable,

con una gran experiencia

y que sabe muchas cosas,

¿qué quiere ser cuando sea niño?”

Jairo Aníbal Niño

Cada 30 de abril ya sabemos lo que celebramos; de igual forma cada 1º de mayo. A como está la situación, da miedo voltearse a ver a la niñez en el mundo y, desde luego, en México. De la misma manera ese asunto del trabajo, del día del trabajo que ni trabajamos. No todos, claro; las injusticias de inmediato hacen lujo de presencia. Y seguimos bregando no sé pa’ qué chingaos, pero hay que hacer algo, poner su granito de arena. “Actitud positiva”, dicen. Ajá.

Llegó el aguafiestas. Da tristeza ver al puñado de escuincles invitados a la conferencia de prensa mañanera de Amlito, que algunos nomás fueron a bostezar o a echarse un coyotito o, lo peor, a chutarse las palabras de hueva que se avienta el presidente. Ni modo, todo fuera por el desayuno y el desmadre; total, es con motivo del 30 de abril.

Pero a como están las cosas, repito, da coraje y tristeza ver la pobreza andante, la violencia pa’ todos y, claro, pa’ la niñez. ¿Dónde el lugar y el tiempo para la inocencia, para disfrutar de la niñez? Muchas veces los mantenemos engañados, nos engañamos a nosotros mismos. ¿Dónde la verdad? No es como en el amor: “Miénteme, amor…”

Ahora es la niñez en el país del desencanto, por no decir de la violencia y etc. Leo aterrado lo siguiente:

“De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), los homicidios de menores y adolescentes hasta los 17 años de edad se han incrementado principalmente en los estados donde hay presencia de organizaciones criminales. “Hay un incrementó tendencial de los homicidios, la tendencia indica que no ha parado. Los niños se están viendo afectados por más de una década. Los estados con más crímenes, ahorita, están en Guanajuato. Guerrero y Veracruz, entre los principales. Históricamente ha cambiado ya que están directamente correlacionados con estados donde hay crimen organizado. Hace 10 años era Michoacán, Chihuahua y Baja California, donde Felipe Calderón concentró su guerra contra el narco. Con Felipe Calderón fue en Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato y Veracruz. Con Enrique peña Nieto y Andrés Manuel Lopez Obrador es Quintana Roo, Veracruz y Baja California. Todos los crímenes están vinculados con la Guerra contra el crimen organizado”, comenta Juan Martín Pérez García, director de Redim”. (lasillarota.com, 26-04-19).

En cuanto a la chamba, “el Senado de la República informó que el trabajo infantil afecta a más de 3.2 millones de menores de entre cinco y 17 años de edad en México, los cuales además están expuestos a una explotación laboral extrema, redes de prostitución y trata de personas, sin ningún tipo de seguridad social ni acceso a la salud.

“De acuerdo con el Instituto Belisario Domínguez de la Cámara Alta, los sectores más afectados por este fenómeno son “las niñas, las minorías étnicas y los grupos indígenas, las personas discapacitadas, los menores migrantes, los desplazados y aquellos que viven en zonas apartadas y barrios marginados de las grandes ciudades”. (lasillarota.com, 26-04-19). Por Dios, ¿pa’ qué seguir enumerando, citando estadísticas, números y más crueldades?

Me quedo con la nostalgia. Topo Gigio cuando va a dormir –versión infantil-: “A la camita, a la camita…” –bueno, versión adulta. Perdonen, mis fans, la mente enfermiza de amor…

De cinismo y anexas

Para no dejarles fritos con tanto desencanto, le comparto lo siguiente. “Alas”, de Enrique Anderson Imbert:

“Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Una tarde me trajeron un niño descalabrado; se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:

-¿Por qué no volaste, m’hijo, al sentirte caer?

-¿Volar? -me dijo- ¿Volar, para que la gente se ría de mí?”

“Algo peor”, de Alfonso Reyes:

“—¡Qué tiempos, señores! Los niños se divierten en matar y en robar. Los crímenes son sus juguetes.

—¡Y algo peor! —dijo el otro.

—¿Cómo peor?

—Sí, que ya no cantan canciones, sino que cantan anuncios comerciales de la radio.”

“El muchacho indefenso”, de Bertolt Brecht:

“Un transeúnte preguntó a un muchacho que lloraba amargamente cuál era la causa de su congoja.

—Había reunido dos monedas para ir al cine —dijo el interrogado—, pero se me ha acercado un chico y me quitó una —y señaló a un chiquillo que estaba a cierta distancia.

—¿Y no pediste ayuda? —preguntó el hombre.

—Claro que sí —replicó el muchacho, sollozando con más fuerza.

—¿Y nadie te oyó? —siguió preguntando el hombre, al tiempo que lo acariciaba tiernamente.

—No —gimió el niño.

—¿Y no puedes gritar más fuerte? —preguntó el hombre.

—No —replicó el chico, mirándolo con ojos esperanzados, pues el hombre sonrió.

—Entonces, dame la que te queda —dijo el hombre, y quitándole la última moneda de la mano, prosiguió despreocupadamente su camino.”

Ahí se ven. Feliz 30 de abril y 1º de mayo.