EN MORENA, LEY MORDAZA

Para eso nos gustaban los morenos, y de manera particular el dictador Huerta. Don Manolo, como la villana de Alicia en el País de las Maravillas, casi exclamó contra Ricardo Ahued: ¡que le corten la cabeza!

La verdad, de pena ajena. Ya vimos que los morenos, y de manera específica el impresentable Huerta, no aguantan la crítica. Eso de la “verdad nos hará libres”, les vale un soberano cacahuate.

El dictador Huerta y sus compinches ya están en la plenitud del pinche poder, o simple y llanamente en la borrachera del poder.

Embriagado de la soberbia que le da el poder que aún no ejercen (y eso que aún no es 1 de diciembre), don Manolete el groserote arremetió contra el senador Ricardo Ahued, porque éste osó abollar la corona del reyezuelo Hipólito. El Ladrón (de Guevara) casi quema en leña verde al empresario del plástico.

Pero si por eso Ahued se fue del PRI, por ese autoritarismo atroz. Pero bien dicen que todos los políticos de este país tienen a un priista adentro, y el priista que llevaba adentro Manoloso, le salió casi como terrible monstruo de la película de Alien. Le surgió, de su ronco pecho, el más monstruoso rostro del PRI.

Y así, don Manuelpillo sólo habló (como dicen en mi pueblo) porque tiene lengua. Dijo, por ejemplo, que deslindaba a Ricardo Ahued de Morena, porque ni morenista es; que fuera a criticar a otros, pero que por favor, a Hi-pollito no lo tocara ni con el pétalo de una flor, de esas que dizque florecen en Xalapa, o que hacen “florecer a Xalapa”.

El detalle de todo esto será averiguar por cuánto tiempo soportarán en el partido Morena la crítica de Ahued. Este señorón de la política ha sabido ser muy congruente. Cuando estaba con los rojos, muchas veces lo padecieron, porque don Ricardo no sólo votaba en contra de iniciativas del gobernador o del Presidente de la República, sino que no se callaba ante lo que él consideraba incorrecto.

Y es que don Ricardo, a diferencia de Manuel Huerta y de otros tantos morenistas, no es un vividor de la política. Las empresas de Ahued le dan autonomía financiera, lo que le permite a su vez ser una voz libre. Manuel Huerta tiene que lamerle las correas a Hipólito y a otros tantos más, porque de eso vive: de la alcahuetería (como bien dijo el Senador), seguramente para obtener probables prebendas. Tal vez por eso el legislador le dijo de manera lapidaria a Huerta: “no somos iguales”. Y vaya que no son similares. Ya quisiera ese tal Huerta poseer una diezmilésima parte del ADN de Ahued, que es el gen de la honestidad, la congruencia y la rectitud.

Pero don ManuelOjete también arremetió contra los medios de comunicación. Dijo que la “mala prensa” fue la que publicó fotos y videos de los montones de basura que se acumularon en días pasados. No especificó cuál para él es la “buena prensa”, pero nos imaginamos que es la que “maicea” Memo-Más-Asno, como suele decirle Pablo Jair a un voz-cero. Así, voz-cero, porque ese personaje es un Cero a la Izquierda.

Mal augurio. Aún no gobiernan y ya comenzaron con la LEY MORDAZA. Ahora fue Ahued y la “mala prensa” los objetivos de esta reprobable actitud dictatorial. Mañana, los destinatarios de su intolerancia a la crítica serán otros.

Cuitláhuac García dijo en julio pasado que en su gobierno no habrá “Ley mordaza”, pues aseguró que sus colaboradores podrán expresarse libremente sobre los temas que incumban a sus cargos. Ya veremos si don “Cui” se atreve a pedirle al futuro ViceGobernador que le baje tres rayitas a su actitud despótica. Estaremos atentos del pronunciamiento al respecto. Si “Cui” calla ante los desplantes del dirigente estatal de Morena, pensaremos que o le tiene miedo o bien que comparte ese deleznable desprecio por la crítica.

Manuel Huerta ya dio muestra de lo que son y seguirán siendo capaces los morenos. La cuarta transformación será una transformación de quinta.