Encierro, destierro o entierro

¿A quién creerle? ¿Al convicto o al exGobernador? ¿Al que está en la cárcel o al que puede correr por el bulevar jarocho? ¿A Javier Duarte o a Miguel Ángel Yunes? En una de ésas, su respuesta puede que a ninguno de los dos, movida por el razonamiento o la pasión o simplemente por el desprecio que se le tiene al político, que en tiempos previos a la Cuarta Transformación, era una de las entidades con menos credibilidad entre la población junto con los policías.

Cuando uno cita al “Político”, éste engloba a Partidos Políticos y Diputados pero en una de ésas, igual se le convida a los presidentes municipales así como a los Gobernadores.

Las preguntas iniciales obedecen a que es obvio que “alguien” en el Poder está utilizando a Javier Duarte de Ochoa como ariete para golpear a quien de un modo u otro, fue parte para colocarlo en el lugar en que está… a Miguel Ángel Yunes Linares.

De Javier Duarte se brinca a la simplista idea manejada en algunos textículos, de que “los Carniceros de hoy serán las Reses de mañana”, borrando de tajo cualquier sentido de Ley y/o Justicia en nuestro país y dando paso a una política de revanchismos, venganza y poder… así, no importa qué tanto hayas delinquido, si sirves al Poder o al Sistema, las Leyes serán un chiste.

El asunto es que usar a Javier Duarte como ariete de un Sistema que impera sobre el mismo Sistema Penitenciario, debería de obligarnos a formular otra pregunta que deje a un lado al mismo cordobés así como al choleño: ¿podemos creerle a un Sistema que habla de una renovación moral, de una transformación, de terminar con la corrupción, cuando se permite el uso de un convicto para atacar a sus enemigos?

A lo mejor es lo más normal para este nuevo Sistema en el Poder que un personaje como Javier Duarte sea la voz de un Gobierno (sea estatal o federal… o ambos) cuando su misma secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, crea que emboscar a un grupo de policías con saldo de más de una decena de elementos muertos, es un hecho cotidiano en este México, “circunstancias de todos los días”…

No se trata de defender a Yunes Linares, por sí solo se defiende, sino de criticar la estrategia de ataque a este personaje utilizando a alguien que al menos en Veracruz, para la percepción social, carece de credibilidad, de moral, de prestigio, para hacer un señalamiento contra alguien.

Si la Cuarta Transformación pretende golpear a Yunes Linares, debe acudir a personalidades a las que se les tenga respeto social, que la gente les crea… recurrir a Javier Duarte es generar morbo, show, espectáculo, comedia, que si bien, genera “rating”, no tira, no hace besar la lona ni morder el polvo… al contrario… lo que no te mata, te hace más fuerte… y de eso tiene experiencia Yunes Linares. Insisto, no es defenderlo sino analizar el contexto: Son los Yunes contra el Sistema, es decir, una familia contra el Sistema y esto no es nuevo. Son casi 20 años de fogueo contra distintas formas de Poder que van desde Fidel Herrera, Enrique Peña Nieto, Javier Duarte… y ahora, la Cuarta Transformación… no sé si ya lo dimensionó y si no, lo repito: hablamos de una familia contra un Sistema…

Lo único cierto que se logra con estos embates al ex gobernador (el que corre en el bulevar… no el que está en la cárcel) es darle vida, prestarle los micrófonos, cederle la voz, y hasta posicionarlo… sí, quizás la estrategia de ataque utilizando al ex gobernador domiciliado en el Reclusorio Norte sea considerada una buena idea… pero para el mismo cordobés, pues tal parece que Morena se ha convertido en la esperanza de Duarte. Habrá que ver al tiempo qué tanto beneficia y perjudica al Sistema en el Poder tenerlo como ariete en espera de que un día entiendan que en política, si quieres acabar con el enemigo, no se le denosta… se le encierra, destierra o entierra.

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