Es muy fácil matar periodistas en Veracruz: The New York Times en portada

En el texto titulado Es muy fácil matar periodistas en Veracruz, firmado por Azam Ahmed, que se publica este sábado en primera plana en la edición impresa de The New York Times, se abordan los asesinatos de periodistas en nuestro país y particularmente, la ola de violencia contra los reporteros en la entidad veracruzana.
El periódico indica que “México es uno de los peores países en el mundo para ejercer el periodismo”, ya que desde el 2000 y hasta la fecha se registran 104 periodistas asesinados y otros 25 desaparecidos.
The New York Times publica que “los motivos detrás de los asesinatos varían: hay matones de carteles del narcotráfico molestos por una cobertura audaz en su contra, hay funcionarios públicos corruptos que quieren silenciar a los críticos, así como violencia arbitraria e, incluso, casos de reporteros que cambiaron de bando y se unieron a los mundos criminales que cubrían”.
Asimismo, el destacado diario indica que en 2016 fueron asesinados 11 periodistas mexicanos, la mayor cifra durante este siglo y se agrega que “hay pocas esperanzas de que la situación cambie” este año.
Aunado a lo anterior se establece que en el mes de marzo, siete periodistas fueron agredidos en territorio nacional y tres de ellos fallecieron.
Se indica que a pesar de que se han registrado más de 800 casos graves de acoso, ataques u homicidios contra periodistas en los últimos seis años, únicamente han sido emitidas dos sentencias por la fiscalía creada para investigar delitos contra la libertad de expresión.
Pone como ejemplo el caso de Regina Martínez, “quien fue hallada estrangulada en el baño de su casa tras publicar artículos sobre la muerte de un político y el arresto de nueve policías que trabajaban para narcotraficantes”.
También recuerda el homicidio del fotógrafo Rubén Espinosa, quien fue asesinado junto con cuatro mujeres en un departamento de la Ciudad de México, a donde había llegado tras recibir amenazas en el estado de Veracruz.
Menciona un tercer caso, el homicidio de Pedro Tamayo Rosas, “el primer periodista mexicano en ser asesinado cuando estaba bajo protección del Estado”.
También cita el caso de Moisés Sánchez Cerezo, editor del periódico La Unión, “cuyo cuerpo fue encontrado en tres bolsas de basura”.
The New York Times también se centra en el estado de Veracruz, y a Xalapa, la capital, la califica como “el lugar más peligroso para ejercer el periodismo en todo el continente americano”.
En ese sentido, se lee: “tras casi una década de violencia en aumento contra los medios, ya sea por el crimen organizado o por funcionarios, la prensa se ha adaptado… al censurar buena parte de lo que informa. La autocensura no sólo es común, se podría decir que es casi la norma”.
Denuncia que “en ocasiones, algunas autoridades se apresuran a decir que el asesinato de un periodista no está relacionado con su labor poco después de que se dé a conocer la muerte y mucho antes de que siquiera arranque la investigación”.
Finalmente, el New York Times también afirma que pese a las constantes agresiones y acoso contra los comunicadores, las autoridades han jugado un papel ineficiente en las investigaciones de estos casos.