Estados Unidos y sus ‘aliados’ desechables

Por no querer recontar los votos…acabó haciendo el recuento de los daños

Uno de los comentarios más reiterados, por connotados analistas, sobre el caso García Luna, es que les resulta incomprensible su detención, luego de vivir siete años en los Estados Unidos, a lo que se suma que fue premiado y reconocido por la DEA, la CIA, el Departamento de Estado y todas las agencias de seguridad del vecino país.

Quizá la respuesta más obvia, pero más certera, en que en su momento, el súper policía del calderonato les fue de utilidad por su disposición a cooperar con ellos, ahora, les sirve mucho más para (suponemos), tejer otro tipo de relación con las autoridades mexicanas.

Pero el asunto no es nuevo, la máxima que guía el espíritu de la política exterior gringa, fue dicha por John Foster Dulles en los años cincuenta: “Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses”. Aunque el británico Lord Palmerston, lo dijo un siglo antes.

Así pues, la estrategia de úsese y tírese, le fue aplicada a todos los dictadorzuelos caribeños y centroamericanos, por citar los más próximos, pero para ir a un personaje aún más cercano, recordemos a Victoriano Huerta.

Además, ni ellos mismos se salvan, basta traer a la memoria a Oliver North, que de ser un ‘guerrero de la libertad’ pasó a ser defenestrado por el escándalo Irán-Contras. Ni hablar, el sentimentalismo no se lleva con la rapaz praxis política del Tío Sam.