Evitar el dispendio, para acceder al “pan nuestro de cada día”

Desde la llegada al gobierno la 4ª. Transformación, los dueños de la riqueza y por consiguiente “dueños de México”, han generado una incertidumbre que por fortuna no se ha cumplido, por la fortaleza que representa la estabilidad de precios, las finanzas públicas sanas, la apertura del intercambio comercial garantizada con la firma del Tratado Comercial con Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica.

Los economistas afirman que para este año habrá una desaceleración económica en el país de Donald Trump, tanto por los desajustes fiscales como por el implante de una política monetaria restrictiva, que impedirá la expansión económica de Norteamérica.

La economía de nuestro país, por la notable influencia y dependencia que padece del vecino país del norte, también tendrá que tomar providencias por la inminente desaceleración que reducirá el crecimiento presupuestado para este año en un 2%, sin precisarse hasta donde podría llegar tal reducción al final del año.

Ajustar la administración federal de AMLO a un plan de austeridad, reduciendo los gastos innecesarios, superfluos, que constituyeron un derroche del dinero público en pasadas administraciones, sin duda dará la posibilidad al Presidente, de cumplir con los programas asistenciales y de desarrollo económico que ha prometido para sanear a PEMEX y apoyar la producción agroalimenticia tan abandonada en los últimos sexenios, a tal grado que miles de trabajadores del campo tuvieron que emigrar en busca del sueño americano.

Por consiguiente la reducción de gastos y el incremento de la productividad en las empresas, también permitirá mantener la planta productiva y los empleos, de los que dependen millones de familias para su sobrevivencia; y lo mismo ocurrirá en los mexicanos conscientes de la austeridad que se vive, por lo que como dice el argot popular, lo recomendable resulta ser “ajustarse el cinturón” evitando el endeudamiento personal, que al final del año nos lleve a resultados deficitarios, que crezcan como una bola de nieve y aplaste la economía de muchas familias mexicanas.

Si el banco de Mexico logra sostener el tipo de cambio por debajo de los 20 pesos, durante todo el año, y contando además con el apoyo anunciado por el presidente López Obrador a PEMEX, tendremos una mayor estabilidad financiera, a la que se sumaría la inversión extranjera, y con todos esos factores no faltará en los hogares mexicanos “el pan nuestro de cada día”.