Fractura institucional: Caso Veracruz

@samuelferrerm
Según el Informe País del INE en 2017, 66% de los mexicanos confiamos POCO o NADA en el
respeto a las leyes y las Instituciones. El 63% de las personas víctimas de violencia dicen que
denunciar ante las autoridades NO SIRVE DE NADA. Ambos datos son demoledores y explican el
débil Estado de Derecho que existe en el país, la impunidad que gozan los delincuentes y la
imperante necesidad de una reforma al sistema de procuración de justicia en México.
Las consecuencias de nuestra debilidad institucional están a la vista. La primera de ellas es la falta
de cohesión social. Nuestra sociedad carece de confianza interpersonal. De acuerdo al mismo
estudio del INE, en Veracruz únicamente el 15% de las personas cree que se puede confiar en
otras. El actual sistema político no solo ha fracturado el Estado de Derecho, si no que ha
fragmentado la colectividad social mediante la imposibilidad de relacionarse e identificarse entre
ciudadanos de distintos grupos sociales. Una vez más Veracruz es ejemplo perfecto de dicha
fragmentación. La misma familia del Gobernador Yunes Linares convive y se relaciona de manera
exclusiva con el 1% más rico de la población del Estado, acudiendo únicamente con el 99%
restante durante la época electoral.
Es en esta distancia social y económica de la familia del Ejecutivo Estatal con el resto de la
población en Veracruz donde reside el fracaso del actual gobierno. En un Estado donde el 85% de
la población no confía en sus semejantes, tenemos a un Gobernador cuyo único objetivo es dejar a
su hijo como su sucesor. Esta es una situación alarmante ya que el endeble Estado de Derecho que
mencionamos al inicio de este texto beneficia a las aspiraciones familiares del Ejecutivo, haciendo
posible que con toda la impunidad que caracteriza a nuestro fracturado sistema político, el
Gobernador utilice a placer todos y cada uno de los recursos humanos, materiales y económicos
con los que cuentan las Instituciones del Estado paro lograr el objetivo familiar.
La evidente posibilidad de acceder al poder que tiene el hijo del Gobernador es sintomática del
fallo en las Instituciones. Esto no es una cuestión de simple crítica política. El hecho de que una
persona que no conoce las necesidades diarias de movilidad, alimentación y seguridad de 8
millones de veracruzanos pueda llegar a gobernarlos, demuestra que el sistema de representación
política ha fracasado. Es sencillo, no se acusa al candidato de Acción Nacional de ser rico, vivir en
grandes mansiones, acudir a restaurantes de lujo o vestir las mejores ropas, lo cual ya hace. Lo que
es reprobable es que teniendo la posibilidad económica para educarse en el rediseño del sistema
político y la búsqueda de una sociedad más igualitaria y representativa; Yunes Márquez haya
decidido tomar el camino fácil, acudir a la práctica del nepotismo y con ello perder la posibilidad
de dotar de un poco más de confianza en las instituciones al 66% de los mexicanos que creemos
que por políticos como él, el país está como está.