Fuertes presiones en las fronteras norte y sur para la ayuda humanitaria; México entre la espada y la pared

La frontera sur es conocida como la línea divisoria internacional de México que colinda con los países de Guatemala y Belice; se estima en una longitud aproximada a 1,234 km y del lado mexicano, la colindancia es con los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo. Los Ríos Suchiate y Usumacinta, son considerados como límites fronterizos naturales, en donde los principales problemas para resguardar el paso fronterizo hacia el norte, son las caravanas de migrantes que pretenden llegar a territorio norteamericano.

Por lo que hace al tránsito de la frontera sur, hacia Guatemala y Belice, el comercio y turismo, son las principales actividades que llevan a los interesados en el cruce aduanal; pero en los ultimo 20 años, se dice que el tráfico de drogas ha sido el principal motivo para encontrar la conexión más adecuada con las bandas de narcotraficantes mexicanos, expertos en conducir la droga hasta los Estados Unidos de Norteamérica, por las vías: terrestre, aérea y marítima.

El dominio de la frontera sur al margen de la ley, cuenta con la participación de lugareños guatemaltecos, beliceños y mexicanos; quienes han hecho a un lado a las autoridades aduaneras y de migración de ambos países, facilitando así el tráfico de indocumentados y las extorsiones de polleros, causantes de violaciones a los Derechos Humanos; y en ocaciones de muertes de hombres, mujeres y niños, víctimas de la delincuencia criminal centroamericana.

La corriente migratoria proveniente de Honduras está generado la más enérgica protesta de la diplomacia norteamericana y el reclamo del Presidente Donald Trump, por considerar que los Estados Unidos de Norteamérica, no desean la llegada masiva de las familias que por falta de trabajo, alimento y un lugar seguro para vivir, forman la caravana de los migrantes detenida en la frontera de Guatemala y que solo ha logrado en una pequeña parte, que México les otorgue la visa migratoria para permanecer en nuestro país.

De los cerca de 4,000 hondureños que se estima conforman la caravana que pretende llegar a los Estados Unidos, solo 640 han logrado la visa migratoria mexicana; la suerte de los demás, dependerá de las presiones y la voluntad política al Presidente Trump para que abra la frontera norte y permita el paso de los indocumentados que aspiran a cumplir con el sueño americano, que les permita un mejor nivel de vida.