Gran Bretaña se militariza ante el temor a un atentado “inminente”

La primera ministra británica, Theresa May, elevó ayer la alerta antiterrorista de nivel 4 “severo” —atentado altamente probable— en la que se encontraba Gran Bretaña desde hace cuatro años, al máximo nivel 5 —atentado inminente, horas después del atentado de la madrugada del lunes en Manchester.
Tras convocar un gabinete de crisis con la cúpula de las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, May alertó de que el terrorista suicida Salman Abedi, pudo contar con una red de apoyo, por lo que, en una carrera frenética para evitar un atentado en los próximos días, elevó la alerta a máxima para autorizar el despliegue de militares para que colaboren con los agentes policiales.
“El trabajo durante toda la jornada ha revelado que no podemos ignorar la posibilidad de que haya un grupo más amplio de individuos ligados al ataque”, afirmó May, que, junto con el resto de partidos, ha suspendido los actos de la campaña electoral para las elecciones generales del 8 de junio.
Cinco mil soldados. El ministro de Defensa, Michael Fallon, que participó en la reunión, dio su visto bueno a la puesta en marcha de la “operación Tempora”, que prevé que hasta 5 mil soldados colaboren en labores de seguridad en puntos estratégicos de todo el país, aunque especificó que “bajo mando policial”.
Otra vez el EI. Como ya viene siendo habitual en los últimos años, el Estado Islámico se adjudicó la autoría del atentado al afirmar que un “soldado del califato” colocó “varios paquetes bomba” en varias concentraciones de “cruzados” (como denominan los yihadistas a los occidentales cristianos) en esa ciudad británica.
El grupo terrorista, acorralado en los territorios que aún controlan en Siria e Irak, afirmó que el ataque es una “venganza de la religión de Dios” contra los que “destruyen las casas de los musulmanes”.
El mensaje en nombre del EI amenazó con que “lo que viene va a ser más fuerte, más intenso, contra los adoradores de la cruz y sus aliados”.