¿Será complicado entender que la lealtad y la institucionalidad no son unidireccionales?
Durante su pasada campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador, muy a su estilo, hizo una seria advertencia ante un hipotético fraude electoral: no suelten al ‘tigre’.
Como resulta obvio, el ‘tigre’ se quedó amarrado ante la victoria del tabasqueño, sin embargo, ya como mandatario, el Tlatoani parece estar empeñado en soltar a otros ‘tigres’
Uno de los ‘felinos’, y no precisamente de papel, son las Fuerzas Armadas que, por situaciones fortuitas o planeadas, han sido tratadas con algo más que desdén por la 4T.
Iniciaron con la degradación del Estado Mayor Presidencial, tropas de elite que fueron enviadas a tareas ajenas a su formación. Siguió la militarizada Policía Federal, que también fue estigmatizada y menoscabada. Luego vino el fallido operativo de Culiacán que, haiga sido como haiga sido, vulneró la moral castrense.
Para no especular, citemos lo dicho por el general Carlos Gaytán Ochoa en un reciente desayuno: ¿Quién aquí ignora que el alto mando enfrenta, desde lo institucional, a un grupo de halcones que podrían llevar a México al caos y a un verdadero Estado Fallido?
Ojo don Andrés, ya no ‘escriba’ tantos libros y mejor estudie la historia de América Latina.
