Hermanos: tengamos fe… MAO, PGR y Javidú

El ministro oficiante del Sacro Rito de Bucareli, Miguel Ángel Osorio Chong (MAO), pidió ayer a la feligresía, escamada por la aparición de nefastos signos en el proceso contra el presunto pecador extremo, Javier N(también mencionado en las escrituras, judiciales, como Javier Duarte de Ochoa), que tengan fe. Es decir, que se tenga confianza en los buenos hombres de la Procuraduría General de la República (y de la Secretaría de Hacienda, que también participa en el ayuno jurídico en favor del veracruzano). Fe, que, según el Diccionario de la Real Academia Española, en su primera acepción, es definida así: En la religión católica, primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia. Mala, llegando a pésima, ha de ser la realidad de una institución, la PGR, que teóricamente es la encargada de investigar y perseguir los delitos del orden federal, cuando, en lugar del estricto apego a la ley y el riguroso cumplimiento de los procedimientos adecuados, se invoca la fe como único asidero posible para enfrentar las fundadas acusaciones y sospechas de que esa procuraduría, y el gobierno federal en sus áreas conexas (con Los Pinos como centro de decisiones), están cometiendo tales y tantas pifias que pareciera que están programadas para favorecer a su presunto adversario, un exgobernador tildado de ladrón y delincuente en general, en un trote judicial intencionalmente fofo, complicitario con el acusado. El propio MAO, en otra de sus facetas, había reconocido en otra parte de su alocución de ayer que la ley no es un asunto de fe; es un asunto de norma que hay que prepararse para dar seguimiento a este tema tan importante para la sociedad mexicana. Entonces, la PGR habrá de tomar todas las acciones y entregar cuentas a la propia sociedad. Dejando a un lado la sintaxis del secretario 8ng,sabidamente ingobernable, queda de manifiesto que el delicado tema de la siembra de errores en favor del imputado N de Ochoa es de tan difícil abordaje declarativo que el susodicho secretario se ha encomendado a la Santa Chimoltrufia: como dijo una cosa (que le tuvieran fe a la PGR del amigo de Peña Nieto, Raúl Cervantes Andrade), dijo otra (que la ley no es un asunto de fe). O, a lo mejor, tal vez sí y tal vez no (esta columna se suma, alborozada, al contradictorio estilo discursivo MAO); lo que los mexicanos deben tener es fe, pero en la próxima fe de erratas: “Usted disculpe, doctor Javidú”(claro, luego que pasen los comicios presidenciales del año próximo, pues liberar antes a N Duarte de Ochoa, o colocarlo en la antesala de una salida, sería desastroso en términos electorales. Presencia y, luego, ausencia, con la ayuda de Presidencia). (Fuente: La JOrnada, “Astillero”; Julio Hernández, 20/JULIO/2017).-